Sacerdote apuñalado en una iglesia australiana: un hombre irrumpe en plena misa
Durante la lectura de un sermón, un obispo sufrió un ataque por parte de un joven perteneciente a la fe islámica. ¿Qué motivó este inusual incidente?
Tl;dr
- Ataque en Sídney contra el obispo Mar Mari Emmanuel.
- El agresor, un joven de religión islámica, intentó apuñalar al obispo.
- El obispo y otras tres personas fueron heridas y hospitalizadas.
- Sídney ha sido escenario de una serie de ataques recientes.
Ataque en Sídney: El obispo Mar Mari Emmanuel el objetivo
La ciudad de Sídney se encuentra nuevamente en estado de conmoción tras un reciente ataque que tuvo como objetivo a un líder de la comunidad cristiana. El obispo Mar Mari Emmanuel, mientras pronunciaba un sermón, fue violentamente interrumpido por un joven agresor.
El perturbador incidente
El incidente tuvo lugar en la zona de Wakeley. Según los informes, el agresor pertenece a la religión islámica. En un video capturado en el lugar del hecho, se puede ver al joven acercándose al obispo e intentando apuñalarlo en la cabeza.
La reacción de los presentes
Afortunadamente, las personas que se encontraban en el lugar lograron neutralizar al agresor. Mientras estaba detenido, el atacante pronunció una frase que dejó a la congregación paralizada: “Si no estuviera criticando mi beneficio (Mahoma) y mi religión, no habría venido ni atacado”.
Las víctimas del ataque
Tras el ataque, el obispo Mari Emmanuel fue trasladado de inmediato a un hospital local. Su estado de salud es aún desconocido. Además, otras tres personas, de edades comprendidas entre los 20 y los 60 años, resultaron heridas.
Este incidente se suma a una serie de ataques que Sídney ha estado experimentando recientemente. Hace apenas dos días, un hombre ingresó con un cuchillo a un centro comercial y apuñaló a al menos seis personas.
Opinión editorial
Estos hechos de violencia no pueden sino dejarnos perplejos y preocupados. Es imperativo que las autoridades tomen medidas adecuadas para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, independientemente de su fe. La violencia en nombre de la religión no solo es inaceptable, sino también un grave malentendido de los principios fundamentales de cualquier fe. Es nuestro deber, como sociedad, cultivar el respeto y la tolerancia, y condenar cualquier forma de violencia.