Mecanismo oficializado por el Banco Central para agilizar la importación de productos básicos
Hoy inicia operaciones tras la determinación de Javier Milei de intensificar la competencia y tratar de reducir los costos internos de ciertos alimentos y productos de higiene personal. ¿Logrará su propósito?
Tl;dr
- Gobierno flexibiliza importación de productos básicos.
- Divisas disponibles para pago 30 días después de la operación.
- La medida busca controlar el aumento de precios.
- Críticas de la industria local y dudas sobre su efectividad.
Flexibilización en las importaciones
El Gobierno, a través del directorio del Banco Central (BCRA), ha decidido flexibilizar la importación de productos de la canasta básica. Esta medida, presentada como una “apertura” de las importaciones, modifica el mecanismo ya existente. Anteriormente, los importadores accedían a las divisas necesarias para pagar sus compras en cuatro cuotas diferidas a 30, 60, 90 y 120 días. Ahora, según la Comunicación “A” 7980 del BCRA, las divisas estarán disponibles 30 días después de oficializar la operación con el proveedor extranjero.
Objetivo: controlar los precios
La decisión gubernamental responde al diagnóstico oficial de un “aumento excesivo de los precios en dólares”. Esta situación se atribuye a las expectativas de los empresarios de un escenario económico y financiero más complejo de lo que finalmente ocurrió. Con la entrada de productos importados, se espera establecer un precio de referencia que discipline los costos internos de esos mismos productos.
Reacciones y expectativas
La medida ha despertado preocupación en la industria local. Mario Galizzi, referente de Apyme Santa Fe, resumió su inquietud: “Nos mandan a competir sin capacidad, sin financiamiento, sin crédito, con una tasa impositiva alta y con energía alta, obviamente que vamos a fracasar”. Por otro lado, economistas consultados por TN opinan que el efecto de la medida sobre la inflación puede existir, pero será limitado.
Opinión editorial
La flexibilización de las importaciones es un paso audaz del Gobierno que busca controlar la inflación. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cualquier medida económica tiene repercusiones más allá de su objetivo principal. En este caso, es crucial asegurar que la industria local no se vea perjudicada. La competencia debe ser justa y beneficiar a todos: importadores, productores locales y consumidores.