El vertiginoso ascenso de la nafta: de $50 a $400 en el mandato de Alberto Fernández
El prolongado congelamiento de precios y las demandas de las empresas petroleras por retrasos tarifarios representan un desafío para el gobierno de Javier Milei en la gestión de los costos de los combustibles. ¿Cómo manejará esta situación?
Tl;dr
- Alberto Fernández asumió la presidencia en 2019, modificando la política de precios del combustible.
- A su inicio, el litro de nafta costaba alrededor de $50, en 2023 supera los $400.
- Durante su mandato, se autorizó varios incrementos en el precio del combustible.
- En 2023, YPF y otras empresas aumentaron el precio de la nafta y gasoil en un promedio de 25%.
Alberto Fernández y la política de precios del combustible
El 10 de diciembre de 2019, Alberto Fernández asumió la presidencia de Argentina. Durante sus cuatro años de mandato, la política de precios del combustible ha sufrido varios vaivenes.
El valor de la nafta al inicio de su mandato
A su llegada al poder, el litro de nafta super costaba en torno a los $50. Sin embargo, hacia diciembre de 2023, el precio supera los $400, reflejando un drástico crecimiento en su valor.
El camino hacia el aumento
En agosto de 2020, después de ocho meses de congelamiento, el gobierno autorizó un incremento del 4,5% en el valor de los combustibles. A partir de entonces, los aumentos se volvieron escalonados, lo que llevó a que el precio del litro de nafta superara los tres dígitos.
El impacto de la pandemia y los aumentos en 2023
Durante el año de cuarentena por la pandemia de Covid-19 en 2020, los combustibles aumentaron un 69,06%. Sin embargo, en 2023, las naftas y el gasoil acumularon un alza del 40,7%. Este viernes, YPF se sumó al más reciente ajuste en los precios de la nafta y gasoil y aplicó una suba del 25% promedio.
Opinión editorial
Es innegable que la política de precios del combustible durante la presidencia de Fernández ha sido turbulenta. Aunque el aumento de precios puede ser parcialmente atribuido a la pandemia, es imperativo que el próximo gobierno busque una mayor estabilización y previsibilidad en la política de precios del combustible para evitar sorpresas desagradables para los ciudadanos.