El Petiso Orejudo: El terrorífico niño asesino que sacudió la Argentina del siglo XX
Cayetano Santos Godino, con solo 12 años, asesinó brutalmente a un pequeño de 3, incrustándole un clavo en la cabeza para confirmar su muerte. Este horrible crimen le llevó a pasar el resto de su vida en la penitenciaría de Ushuaia, donde falleció a los 48 años. ¿Qué sucesos llevaron a este joven a cometer tal atrocidad?
Tl;dr
Un infame personaje de la historia argentina
El personaje que protagoniza esta historia es Cayetano Santos Godino, más conocido por su apodo: “El Petiso Orejudo”. Su vida, marcada por la violencia y la pobreza, lo llevó a convertirse en uno de los criminales más infames de la Argentina.
Una infancia de abusos y violencia
Criado en los conventillos de Buenos Aires, Cayetano experimentó la violencia desde una temprana edad. Su padre, alcohólico y violento, golpeaba a sus hijos y su madre no podía hacer nada para intervenir. A esto se sumaba su hermano mayor, también alcohólico, que continuaba el ciclo de abusos.
Este ambiente hostil llevó a Cayetano a “portarse mal” según las normas de la sociedad de la época. Conducía a los niños más pequeños a lugares aislados y los golpeaba, llevando este comportamiento violento a la escuela. Su comportamiento era tan problemático que fue expulsado de seis colegios.
Los crímenes del Petiso Orejudo
Cayetano no sólo se limitaba a conductas violentas, su inclinación hacia el mal lo llevó a cometer una serie de crímenes atroces. Se le atribuyen varios asesinatos y ataques a niños. Su último y más notable crimen fue el asesinato de Gesualdo Giordano, un niño de tres años.
Pese a la evidencia en su contra y su manifiesta inestabilidad mental, Cayetano fue condenado a prisión por tiempo indefinido, sin considerar su necesidad de tratamiento psiquiátrico.
El final de una vida trágica
Finalmente, Cayetano Santos Godino murió en la cárcel de Ushuaia en 1944 a la edad de 48 años. El “monstruo argentino”, como se le conocía, nunca recibió tratamiento psiquiátrico y su vida se apagó en la misma oscuridad que la vio nacer.
Opinión editorial
La historia de Cayetano Santos Godino es un triste recordatorio del impacto que tiene el entorno en la formación de un individuo. Las circunstancias de su vida, marcadas por la violencia y la pobreza, lo llevaron por un camino de maldad y crueldad. Sin embargo, también debe recordarnos la importancia de la intervención temprana y del acceso a la salud mental para prevenir que más niños se conviertan en “Petiso Orejudo”.