EEUU: Preso condenado a muerte ejecutado con nitrógeno gaseoso
Kenneth Eugene Smith sufrió durante varios minutos antes de que se le declarara muerto oficialmente. Hace dos años, Alabama intentó ejecutarlo con una inyección letal, pero los verdugos no tuvieron éxito. ¿Qué falló durante ese intento de ejecución?
Tl;dr
- Alabama ejecuta a Kenneth Eugene Smith con gas nitrógeno.
- Smith fue condenado por asesinato por encargo en 1988.
- La ejecución por gas nitrógeno es un método inédito.
- La decisión provoca críticas y pone el foco en Alabama.
Un precedente inquietante en Alabama
Hoy, el estado de Alabama, EE. UU., ha marcado un hito sombrío en la historia de las penas capitales. Según las autoridades, el preso Kenneth Eugene Smith ha sido ejecutado mediante asfixia por gas nitrógeno, un método inédito hasta la fecha.
El condenado y el crimen
Smith fue condenado a muerte por asesinato por encargo en 1988. Su último suspiro fue tomado bajo una máscara de nitrógeno, quedándose sin oxígeno. Sus palabras finales, expresadas con la máscara ya en su cara, fueron: “Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Los amo a todos”.
Controversia y críticas
Esta forma de ejecución ha generado mucha controversia. Los periodistas que presenciaron el evento informaron que Smith estuvo retorciéndose durante algunos minutos, seguido de una respiración agitada. Sin embargo, el director del Departamento Correccional de Alabama, John Hamm, afirmó que las sacudidas de Smith eran “involuntarias”, y no fuera de lo esperado.
Además, la jueza progresista Sonia Sotomayor, una de las tres que votaron contra la ejecución, argumentó que Smith fue utilizado como “conejillo de indias” para probar un método de ejecución nunca antes usado.
Varias organizaciones de derechos humanos habían pedido a Estados Unidos que no permitiera la ejecución. Pero, a pesar de los llamados y las críticas, la ejecución prosiguió.
Un nuevo método de ejecución en el foco
Ahora, todas las miradas están puestas en Alabama y en su nuevo método de ejecución, el primero desarrollado desde que se introdujo la inyección letal en 1982. Este último se ha convertido en el método predominante en el país durante las últimas cuatro décadas, desplazando a la silla eléctrica.
Opinión editorial
Esta nueva forma de ejecución plantea preguntas serias sobre la humanidad y la ética de la pena capital. El uso de un método inédito, que parece tortuoso, nos obliga a cuestionar si la justicia se cumple realmente o si estamos retrocediendo en la protección de los derechos humanos.