Descubren el factor clave compartido por quienes superan los 100 años, según un nuevo estudio
Una reciente investigación ha identificado un elemento compartido por las personas que superan los 100 años de vida. Este hallazgo aporta información valiosa sobre la longevidad y abre nuevas perspectivas en el estudio del envejecimiento saludable.
Tl;dr
Nuevas pistas sobre la longevidad humana
Resulta habitual atribuir la llegada a edades extraordinarias, como los cien años, al azar, a la herencia genética o a un estilo de vida saludable. Sin embargo, recientes hallazgos del Karolinska Institute, publicados en GeroScience, han arrojado luz sobre otro factor: el papel fundamental de nuestros propios análisis sanguíneos. Los investigadores analizaron durante décadas los historiales médicos de decenas de miles de adultos suecos, detectando patrones sorprendentes en aquellos que lograron superar el siglo de vida.
El perfil sanguíneo característico de los centenarios
Uno de los resultados más llamativos es la sencillez del «perfil sanguíneo» predominante entre quienes alcanzan los cien años. Al examinar una docena de marcadores principales —como el glucosa, el colesterol, la creatinina, el hierro o ciertas enzimas hepáticas— se observa un equilibrio constante. No se trata de cifras extremas, sino más bien de valores moderados y estables:
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Varios elementos explican esta tendencia:
- Niveles controlados y regulares de glucosa y colesterol.
- Hierro en sangre ajustado dentro del rango saludable.
- Indicadores renales y hepáticos bajos pero nunca fuera de norma.
Este conjunto aparece ya desde la sexta década de vida, lo que apunta a que preservar un equilibrio metabólico robusto puede ser determinante para aspirar a esa longevidad excepcional.
La influencia conjunta del estilo de vida y la genética
Ahora bien, estos parámetros no surgen por casualidad. Una alimentación equilibrada, ejercicio frecuente y revisiones médicas periódicas resultan esenciales para mantenerlos dentro del rango adecuado. Por supuesto, el componente genético sigue siendo relevante aunque no exclusivo. El estudio revela además que quienes llegan a la jubilación con menos enfermedades crónicas tienen más opciones de pertenecer al grupo de futuros centenarios. Un dato notable es que cerca del 85% eran mujeres, reflejando así una tendencia global persistente.
Longevidad: ¿la prevención está en nuestra sangre?
Estas conclusiones abren una perspectiva interesante: vigilar activamente los principales parámetros biológicos podría no solo permitir anticipar la esperanza de vida, sino también influir positivamente en ella. Controlar factores como el glucosa, el colesterol o el hierro —incluso tras cumplir los cincuenta— parece estar al alcance y podría marcar la diferencia. Así pues, si alcanzar los cien años sigue siendo inusual, nuestro propio perfil sanguíneo parece guardar claves valiosas sobre nuestro futuro.