Descubriendo el encanto de Saldungaray
Situado a solo 9 kilómetros de Sierra de la Ventana y a poco más de 500 del bullicioso centro de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra un rincón lleno de paz y tranquilidad: Saldungaray. Un pueblo serrano bonaerense que se presenta como el escenario ideal para una escapada lejos del estrés de la urbe.
Un respiro de tranquilidad en la ribera
El río Sauce Grande atraviesa este idílico pueblo, que es hogar de un poco más de dos mil personas. A lo largo de su ribera, se pueden observar los trazos del gran arquitecto italo argentino Francisco Salomone, cuyo trabajo ha dejado una huella indeleble en las pampas. Además, la “extensa ribera parquizada” del río Sauce Grande ofrece un espacio perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza.
Una mezcla de historia y belleza arquitectónica
Saldungaray no es sólo un lugar de belleza natural, también es un escenario lleno de historia y arquitectura. Originalmente fue un fuerte militar, conocido como “Paraje Fortín Pavón”. Hoy, los visitantes pueden conocer esta historia a través de visitas guiadas realizadas por los jóvenes del pueblo. Además, la iglesia Nuestra Señora del Tránsito, con su imagen de la Virgen tallada en madera, y la estación de tren son otros puntos de interés que vale la pena visitar.
Un legado arquitectónico notable
Francisco Salamone, un arquitecto de renombre, dejó su marca en varios edificios de Saldungaray. Entre ellos se destacan la entrada del cementerio, la Delegación Municipal, varios puentes y el Mercado Municipal. Cada uno de estos lugares añade un toque de encanto arquitectónico al tranquilo pueblo.
Opinión editorial
Saldungaray es una joya escondida, una mezcla de historia, cultura y belleza natural. Es un lugar que invita a la reflexión y al descanso, un remanso de paz en nuestro acelerado mundo. Sin duda, una visita a este rincón de Buenos Aires es un viaje que vale la pena hacer.