Video: Mujer acude al banco con el cadáver de su tío en silla de ruedas para solicitar un préstamo
Las fotografías confirman que Paulo Roberto Braga ya había fallecido cuando Érika de Souza Vieira Nunes lo llevó para solicitar un préstamo. ¿Qué revelará la investigación sobre este caso?
Tl;dr
- Mujer lleva a su tío muerto al banco en Río de Janeiro.
- Intenta sacar un préstamo utilizando a su tío.
- La policía brasileña está investigando el caso.
- La mujer insiste en que su tío estaba vivo cuando llegaron al banco.
Investigación en curso en un caso inusual
En un suceso sin precedentes que ha dejado perpleja a la policía brasileña, una mujer identificada como Érika de Souza Vieira Nunes, llevó a su tío muerto a un banco en Río de Janeiro en un intento de obtener un préstamo. El hecho, capturado en video, muestra a Érika ayudando a su tío, Paulo Roberto Braga, a bajar de un automóvil antes de colocarlo en una silla de ruedas. A simple vista, el hombre parecía estar inmóvil, con la cabeza ladeada.
La sospecha surge
El video fue obtenido por el sitio g1 en el estacionamiento del centro comercial donde se encuentra la sucursal bancaria. Este es un indicio más de que Paulo ya estaba muerto cuando fue llevado al banco. Los empleados del banco, al notar el aspecto debilitado de Paulo, decidieron filmar la escena. En las imágenes, se ve a Érika sosteniendo la cabeza de Paulo mientras le pide que firme un documento para obtener un préstamo de 17 mil reales (unos 3200 dólares).
El desenlace del incidente
Los empleados del banco alertaron a las autoridades y un médico confirmó que Paulo, de 68 años, estaba muerto. Érika fue detenida bajo cargos de intento de robo con estafa y profanación de cadáver. Sin embargo, a pesar de las evidencias en su contra, Érika insiste en que su tío estaba vivo cuando llegaron al banco.
Opinión editorial
Este caso pone de manifiesto la necesidad de prestar atención a nuestros seres queridos mayores y de actuar con responsabilidad y respeto. No podemos permitir que la desesperación o la codicia nos lleve a comprometer nuestra humanidad y dignidad. Nuestros mayores merecen un final digno y respetuoso, y los sistemas legales y financieros deben estar preparados para detectar y actuar ante casos de abuso o explotación.