Trágico final de un policía fanático de Boca tras la derrota ante Fluminense en la Libertadores
Este sábado, en el barrio Don Orione de Claypole, en la parte sur del conurbano bonaerense, la madre de Marcelo Alejandro Morales lo encontró en su habitación. ¿Qué sucedió exactamente?
Tl;dr
- Un policía fanático de Boca se suicida tras derrota en la Copa Libertadores.
- La madre revela que él anticipó su trágico desenlace a su padre.
- Fue encontrado sin vida en su habitación con su arma de reglamento.
- El Centro de Atención al Suicida ofrece servicios de apoyo y contención.
Un trágico desenlace tras la derrota de Boca
El fanatismo por el fútbol en Argentina ha alcanzado niveles alarmantes. Marcelo Alejandro Morales, un policía de 23 años y apasionado hincha de Boca Juniors, decidió poner fin a su vida tras la derrota de su equipo en la final de la Copa Libertadores. Una decisión que, según revela su madre, había anticipado a su padre.
Una pasión que se tornó en obsesión
En palabras de su madre, Verónica, Marcelo era «muy fanático del ‘Xeneize'». Cada derrota sumergía a Marcelo en un estado de depresión y tristeza. Para él, «Boca no podía perder», expresó la madre. Incluso antes del fatal encuentro, Verónica intentó infundirle fe y optimismo, pero todo fue en vano.
El desenlace: un disparo con su arma reglamentaria
Marcelo fue encontrado sin vida en su habitación. Según confirmaron fuentes judiciales, se disparó en la cien lateral derecha con su pistola reglamentaria. Todo ocurrió en su domicilio en el barrio Don Orione de Claypole, al sur del conurbano bonaerense, poco después de ver el partido. La ambulancia llegó al lugar de inmediato, pero los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento.
En medio de la tragedia, se recuerda la importancia de los servicios de apoyo y contención para prevenir el suicidio. El Centro de Atención al Suicida (CAS) es una organización no gubernamental que ofrece atención anónima, gratuita y voluntaria, tanto para familiares, allegados o personas en situación de crisis.
Opinión editorial
Este trágico suceso nos recuerda la necesidad de fomentar una relación saludable con el deporte. El fútbol, que debería ser una fuente de alegría y unión, puede convertirse en una obsesión peligrosa. Es fundamental promover el apoyo emocional y la atención psicológica, especialmente en momentos de intensa decepción.