Presidente de Nigeria «no cederá al chantaje» tras secuestro de adolescentes
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, condenó el viernes por la noche el "inhumano" secuestro de más de 300 adolescentes en el noroeste del país y afirmó que "no cederá al chantaje de los bandidos" que buscan recompensas.
Hacia la 01H00 de la madrugada del viernes, «bandidos» –como se denomina en la jerga local a los grupos que aterrorizan a la población, roban ganado y saquean aldeas– llegaron a bordo de vehículos e irrumpieron en los dormitorios del internado de Jangebe, en el estado de Zamfara.
Y se llevaron consigo a al menos 317 chicas, que desde entonces permanecen desaparecidas, de este colegio en el noroeste de Nigeria, donde los secuestros masivos de estudiantes se multiplican.
«Esta administración no cederá al chantaje de bandidos que atacan a estudiantes inocentes con la expectativa del pago de enormes rescates», aseguró el presidente de Nigeria en un comunicado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, exigió la «inmediata e incondicional liberación» de las jóvenes.
La situación en materia de seguridad es cada vez más precaria y los habitantes deben defenderse solos. El viernes a mediodía, una muchedumbre atacó el convoy de responsables locales que acudían al lugar del secuestro.
Los habitantes «apedrearon dos vehículos», según Umar Shehu, periodista del diario local Daily Trust, que viajaba en el convoy. Un cámara resultó herido.
Durante el secuestro, unas cincuenta alumnas lograron escapar, pero sus padres, que rechazaron que los servicios de seguridad las interrogaran en el lugar, saquearon la escuela.
«Se pusieron violentos y empezaron a romper puertas y ventanas, así que no tuvimos más remedio que dejarlos marchar», aseguró a la AFP un profesor, que pidió el anonimato.
Un equipo de las fuerzas de seguridad «fuertemente armado fue enviado a Jangebe para apoyar la operación de rescate en curso», según la policía local.
Escalada
Este secuestro es el último de una serie de hechos similares perpetrados en el centro y noroeste de Nigeria por grupos criminales.
La semana pasada unas 40 personas (entre ellas 27 estudiantes) fueron secuestradas en Kagara, en el centro oeste de Nigeria, y 344 adolescentes habían sufrido la misma suerte a principios de diciembre en Kankara, en el estado de Katsina.
En el más reciente de los casos, el presidente nigeriano lanzó una operación de rescate, pero los rehenes aún no han sido liberados.
En el caso de los adolescentes de Kankara, fueron liberados tras una semana de cautiverio y negociaciones entre las bandas y los gobiernos locales.
El secuestro causó conmoción mundial y trajo a la memoria el de más de 200 niñas por parte de Boko Haram en Chibok (noreste), en 2014.
Estas bandas criminales están impulsadas por la codicia, pero algunas tienen vínculos con grupos yihadistas presentes en el noreste, a unos cientos de kilómetros.
Se ocultan a menudo en el bosque de Rugu, que abarca cuatro estados: Katsina, Zamfara, Kaduna y Níger.
Desde hace años, practican secuestros a cambio del pago de un rescate, atacando pueblos o autobuses en cruces de carreteras. Pero en los últimos meses han multiplicado los ataques contra las escuelas.
Para estos grupos, «el medio más simple ahora de conseguir dinero del gobierno es secuestrar estudiantes», afirmó Idayat Hassan, directora del Centro para la Democracia y el Desarrollo, tras el secuestro de Kagara.
«El gobierno debe garantizar la seguridad de las escuelas de manera urgente (…), porque en caso contrario los secuestro de Chibok (…) y Kankara alentarán a otros a actuar peor», agregó en ese momento.
Aunque los autoridades niegan confirmar el pago de rescates, el presidente del país llamó a los dirigentes locales y regionales a «revisar su política de recompensar a los bandidos con dinero y vehículos».
La violencia criminal de estos grupos ha dejado más de 8.000 muertos desde 2011, y ha forzado a más de 200.000 personas a huir de sus casas, según un informe del grupo de reflexión del International Crisis Group (ICG), publicado en mayo de 2020.