Sorprendente cambio: joven compara costos de comer en un restaurante en 2012
En un vídeo de TikTok, presentó un antiguo menú y estableció una comparación con los precios actuales. ¿Te has preguntado cómo ha cambiado el costo de la comida con el tiempo?
Tl;dr
- Un joven compara precios de alimentos de 2012 y la actualidad.
- Publica un video en TikTok mostrando la disparidad.
- Los precios de 2012 eran significativamente más bajos.
- La publicación genera nostalgia y reflexión en los usuarios.
El poder de la nostalgia y la economía
Un joven ha decidido llevarnos a un viaje por el túnel del tiempo, mostrando cómo era el precio de los alimentos en el 2012 en comparación con la actualidad en Argentina. A través de un video en TikTok, bajo el pseudónimo de @nprieto44, nos presenta un menú de restaurante de hace casi una década.
Los precios que fueron
Comenzó mostrando el precio de los sándwiches, que oscilaban entre $19,50 y $35, siendo el de jamón y queso el más económico y el de milanesa completa el más costoso. Siguió con el pollo acompañado de guarniciones, con un precio entre $27 y $36.
“Las pastas también, menos de $30. Hoy en día están con suerte $4.000”, destacó el joven. Continuó detallando los costos de las carnes, las ensaladas, los postres y las gaseosas. Hizo una pausa para recordar que, “Me acuerdo que era caro incluso en ese momento”, precisó.
Reflexiones y reacciones
Al final del video, mostró la sección del menú con los platos del día a $27, lo que le llevó a preguntar: “No, la verdad ¿qué le pasó a este país?”. Luego, simuló una cena con la opción más cara de cada comida, alcanzando un total de $260.
La publicación generó muchas reacciones, recogiendo varios likes y comentarios nostálgicos. Una usuaria comentó: “Éramos tan felices y no lo sabíamos”.
Opinión editorial
El video de este joven es un reflejo interesante y nostálgico de cómo la economía ha afectado a la vida cotidiana en Argentina. Es una llamada a la reflexión sobre el valor del dinero y la importancia de la estabilidad económica. En última instancia, nos lleva a cuestionarnos sobre cómo el paso del tiempo cambia no solo nuestros recuerdos, sino también nuestro bolsillo.