Sony planea monetizar películas con segunda vida en streaming

Sony busca capitalizar el renovado interés en algunas de sus películas que inicialmente fracasaron en taquilla, explorando nuevas estrategias para generar ingresos a partir del éxito tardío que encuentran estos títulos en plataformas digitales y otros formatos.

Nuevos horizontes para los «flops» de Sony

La industria audiovisual atraviesa un periodo de cuestionamiento e incertidumbre. En este contexto, Sony Pictures Entertainment ha decidido mover ficha: la compañía pretende transformar la manera en que se valoran y monetizan las películas que no logran convencer al público en su estreno en salas. Curiosamente, el foco de esta estrategia no son los taquillazos, sino aquellos títulos que, pese a pasar desapercibidos en cines, encuentran una inesperada segunda vida gracias al streaming.

Repensando el modelo de negocio

Hasta la fecha, los acuerdos de distribución entre Sony y plataformas como Netflix se basaban fundamentalmente en la recaudación lograda durante las proyecciones domésticas. Sin embargo, producciones como Madame Web, que no alcanzaron grandes cifras de espectadores en las salas, han experimentado un notable éxito una vez incorporadas al catálogo digital. Esta realidad ha llevado a la multinacional a plantearse un cambio profundo: vincular parte de sus ingresos a métricas como el número de visualizaciones o los nuevos suscriptores atraídos por esos títulos. De este modo, se intenta ajustar la remuneración a la popularidad real en streaming y no únicamente al rendimiento cinematográfico inicial.

Negociaciones tensas con las grandes plataformas

Plantear esta nueva fórmula supone afrontar importantes obstáculos. Las plataformas de streaming, lideradas por Netflix, mantienen una posición cautelosa: aceptar estos términos podría forzarles a reconsiderar cómo valoran todos los productos con potencial posterior en línea, incluso los considerados «fracasos» comerciales. Además, la situación particular de Sony Pictures Entertainment, carente de plataforma propia—al contrario que gigantes como Warner Bros. Pictures o Paramount Pictures—agrava aún más su dependencia hacia terceros para distribuir su catálogo.

Varios elementos explican estas reticencias:

• Dificultad para medir objetivamente el impacto posterior en streaming.
• Tensiones con competidores que sí controlan todo el ciclo del producto.
• Nueva presión sobre unos márgenes ya ajustados para las plataformas.

Un futuro aún incierto para Hollywood

Nada asegura que este giro vaya a consolidarse como solución definitiva para los problemas estructurales del sector. La desaparición progresiva del mercado físico (DVD) y el estancamiento del vídeo bajo demanda han mermado fuentes tradicionales de ingresos. Mientras tanto, el desequilibrio entre éxitos y fracasos se acentúa y obliga a adoptar riesgos quizá impensables hace apenas unos años. Si bien algunos filmes resucitan gracias al visionado online, queda por ver si esa tendencia logrará amortiguar la volatilidad crónica del box-office o si no será más que una tentativa pasajera en un escenario tan desafiante como cambiante.