Sobrevive milagrosamente: Adolescentes de 13 años cortan cuello a compañero y lo abandonan en contenedor
Tres jóvenes de una escuela secundaria en Berazategui han sido identificados como los presuntos autores de un intento de asesinato contra un compañero de la misma edad. Un audio en circulación aparentemente revela detalles del ataque. Afortunadamente, el joven agredido está hospitalizado pero fuera de peligro. ¿Cómo se manejará este caso dado que los atacantes son inimputables?
Tl;dr
- Intento de asesinato de un adolescente por tres compañeros de escuela.
- Los agresores, menores de edad, son inimputables legalmente.
- La víctima se recupera en un hospital tras el ataque.
- El motivo del ataque aún se está investigando.
Un acto inhumano entre adolescentes
Un estudiante de 13 años sobrevivió a un intento de asesinato a manos de sus compañeros de escuela en Berazategui. Según los informes, los tres agresores, también de 13 años, lo atacaron, le cortaron el cuello y lo dejaron en un contenedor.
La justicia frente a los inimputables
Dado que los agresores son menores de edad, son inimputables según las leyes argentinas. A pesar de esto, se han tomado medidas restrictivas de libertad, y actualmente están bajo arresto domiciliario. La Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil N°1 de Berazategui está investigando el caso.
La recuperación de la víctima y el contexto del ataque
Después del brutal ataque, el adolescente, identificado como Bruno, logró reincorporarse y fue llevado al hospital Evita Pueblo. Aunque las heridas en su cuello eran superficiales, también tiene un hematoma en el ojo. Según las declaraciones de su madre, los atacantes eran amigos de Bruno y habían pasado la noche en su casa anteriormente.
“Parece ser una pelea habitual de colegio que derivó en un hecho grave.», comentó una fuente cercana a la investigación. Sin embargo, se está investigando un audio que podría estar relacionado con el incidente.
Opinión editorial
Este incidente pone de relieve la necesidad urgente de un diálogo social y educativo sobre la violencia juvenil. Las escuelas deben ser lugares de aprendizaje y crecimiento, no escenarios de crímenes brutales. Es hora de que tomemos acción para proteger a nuestra juventud y asegurar su bienestar integral.