¿Serán suficientes la bronca y las ideas de libertad para gobernar?
OPINIÓN. Se optó por un posible salto al vacío en lugar del gatopardismo massista. Las mayorías en la segunda vuelta son efímeras, especialmente cuando se forman para asegurar la derrota del adversario. Milei deberá preservar estos votos y el respaldo social que representan, ya que son su único recurso. ¿Podrá hacerlo?
Tl;dr
- Los jóvenes peronistas cantaban «somos la rabia», pero ganó la vida.
- La oposición moderada no encontró una canción mejor, ganó la bronca.
- Javier Milei promete un futuro pintado con los colores de la libertad.
- Milei tiene solo tres semanas para definir un rumbo de gestión.
La batalla entre la rabia y la vida
Hace cuatro décadas, en los actos de campaña, los jóvenes peronistas proclamaron «somos la rabia» como su himno. Sin embargo, su contraparte alfonsinista respondió con un canto que marcó una era de transición: «somos la vida». En aquel entonces, la sociedad optó por la vida sobre la ira, deseando deshacerse de los legados militares y anhelando una sociedad y unas instituciones que se recuperaran después de años de desorden, violencia y atropellos.
El triunfo de la bronca
Hoy, la situación ha cambiado. La bronca ha salido victoriosa. Esta victoria se debe en parte a la incapacidad de la oposición moderada de ofrecer una mejor alternativa. Sin embargo, la bronca también ha ganado por la resistencia del régimen en decadencia, que se ha aferrado al control del aparato estatal y ha intentado polarizar la escena política. Esta ira se ha convertido en una opción atractiva y convincente, incluso cuando se asocia con un salto al vacío.
Javier Milei y las ideas de la libertad
Para describir el terreno hacia el que nos invita a saltar, Javier Milei nos promete un futuro pintado con los colores de la libertad. En su discurso de victoria, Milei exageró la potencia y la novedad de este ideario, consciente quizás de lo difícil que será llenarlo.
Puede que Milei crea que su gran diferencia con Massa es un respaldo suficiente para seguir esta dirección, sin detenerse a negociar con otros actores políticos. Sin embargo, debe tener en cuenta que hay una diferencia importante entre la batalla electoral y la gestión real. Si Milei decide seguir este camino doctrinario o si opta por construir una coalición más amplia y sostenible, lo sabremos pronto, cuando presente su gabinete, su proyecto de presupuesto y su ley de emergencia.
Opinión editorial
Es fundamental que Milei demuestre su capacidad para gobernar en un marco realista. Si bien su ideal de libertad es atractivo, debe recordar que la gestión requiere más que ideales. Debe ser capaz de negociar y trabajar con otros actores políticos para lograr resultados prácticos. Si se aferra demasiado a su doctrina y deja de lado la práctica, corre el riesgo de decepcionar no sólo a algunos de sus seguidores más fervientes, sino también a millones de ciudadanos.