Retrasos amenazan el estreno de la nueva película Fast and Furious

Universal Pictures / PR-ADN
La próxima entrega de la exitosa saga Fast and Furious enfrenta una dificultad significativa que podría retrasar su estreno, poniendo en duda el futuro inmediato de la franquicia y generando incertidumbre entre los seguidores y la industria cinematográfica.
Tl;dr
- El futuro de Fast and Furious 11 es incierto.
- Universal exige recortes drásticos en el presupuesto.
- La rentabilidad de grandes sagas ya no está asegurada.
Cambios de paradigma en la industria cinematográfica
No hace tanto, los grandes estudios como Universal Pictures confiaban ciegamente en el poder arrollador de sus franquicias para arrastrar masas a las salas y disparar la recaudación. Sin embargo, el contexto ha cambiado. La era dorada del blockbuster parece haber quedado atrás, un viraje que se percibe claramente en la situación actual de Fast and Furious 11. Si antaño el éxito estaba casi garantizado, hoy ni siquiera un nombre consolidado como el de Vin Diesel asegura cifras apoteósicas en taquilla.
Tensiones y ajustes tras bambalinas
La presión por contener gastos ha ganado protagonismo en los despachos de Universal. Según ha revelado recientemente el The Wall Street Journal, el estudio aún no cuenta ni con un guion definitivo, ni con una fecha oficial de estreno, e incluso el reparto permanece incompleto. El principal escollo tiene nombre: el presupuesto. La productora exige ahora que la próxima entrega no supere los 200 millones de dólares, cifra considerablemente menor respecto a los 340 millones invertidos en la última película. El reto es mayúsculo: se barajan alternativas como limitar las localizaciones internacionales o reducir la participación de algunas estrellas.
De las superproducciones al cálculo prudente
Varios elementos explican esta decisión:
- La pandemia modificó radicalmente los hábitos del público.
- Pocas franquicias logran ahora sobrepasar el simbólico umbral del billón.
- La rentabilidad resulta cada vez más esquiva incluso para sagas históricas.
Basta revisar los números recientes: mientras que Fast and Furious: Hobbs and Shaw recaudó algo más de 760 millones, su sucesora inmediata apenas alcanzó los 726 millones. El último estreno –Fast X– se quedó en torno a los 714 millones. Un declive paulatino pero significativo.
Dudas y expectativas sobre el final de una era
Pese al panorama sombrío, pocos imaginan que este gigante del entretenimiento vaya a desaparecer sin más del catálogo de Universal. Hay quien considera improbable un abandono total, dado el tirón comercial que conserva la saga, sobre todo si se presenta como una conclusión épica. Queda por ver si la fórmula liderada por un infatigable Vin Diesel sabrá adaptarse a las nuevas reglas del juego. Incluso con ajustes presupuestarios tan estrictos, parece difícil imaginarse una despedida sin ese derroche característico que ha definido durante décadas a la familia Toretto.