Reforma de la movilidad jubilatoria: una solución contra la licuación, pero ¿qué pasa con las pérdidas pasadas?
OPINIÓN. En vista de la acelerada inflación de los últimos años, es oportuno considerar una moratoria. Para marzo de 2024, las pensiones, sin incluir el bono, serán un 23% menores en términos reales en comparación con el promedio de 2023 y un 50% menos que el promedio de 2017. ¿Podremos revertir esta tendencia?
Tl;dr
- Existe un consenso para ajustar las jubilaciones con la inflación.
- Existen tres propuestas distintas para la actualización de las jubilaciones.
- Ninguna de las propuestas recuperará el nivel de jubilaciones de 2023.
- Se propone unificar las reglas jubilatorias y un ordenamiento integral del sistema.
El dilema de las jubilaciones y la inflación
La cuestión de cómo ajustar las jubilaciones a la inflación no es una tarea sencilla. Existen tres propuestas principales en consideración. La primera sugiere ajustar las jubilaciones de abril con la inflación de enero y después actualizar los haberes con un retraso de tres meses. Una segunda propuesta busca ajustar los haberes de abril con la inflación de febrero más un incremento del 20%, por única vez, y luego continuar ajustando con un retraso de dos meses. Finalmente, la tercera propuesta, presentada por la nueva administración, propone un esquema similar al segundo, pero reduce el ajuste único al 12,5%.
Impacto de las propuestas
El impacto de estas tres propuestas se ha examinado con respecto a la jubilación mínima. Si se ajusta en abril con la inflación de enero, para junio de 2024, las jubilaciones serán aproximadamente un 11% inferiores al promedio de 2023. Con el ajuste de la inflación de febrero más un 20%, las jubilaciones en junio de 2024 serán un 4% inferiores. Con la inflación de febrero más un 12,5%, serán un 9% inferiores.
Esto significa que, independientemente de cómo se ajusten las jubilaciones a la inflación, ninguna de las tres propuestas recuperará el nivel de jubilaciones que se tenía en 2023. Además, todas quedarán muy por debajo del nivel de 2017.
Desafíos y oportunidades
Las propuestas que proponen un retraso de dos meses son jurídicamente débiles y operativamente difíciles de implementar. La ANSES necesita al menos tres meses para liquidar las jubilaciones ajustadas por inflación. Sin embargo, hay una oportunidad para corregir las inequidades con la distribución indiscriminada de jubilaciones sin aportes.
Un camino hacia adelante
La solución puede residir en adoptar la fórmula de ajuste en abril con la inflación de enero, que es jurídica y administrativamente sólida y austera desde el punto de vista fiscal. Esto permitiría un mayor espacio fiscal para un aumento especial a las jubilaciones con 30 años de aportes y por el régimen general. La clave está en unificar las reglas jubilatorias y ordenar integralmente el sistema.
Opinión editorial
El debate sobre cómo ajustar las jubilaciones a la inflación pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más integral y equitativo en la gestión de nuestras pensiones. Es esencial que se adopte una perspectiva a largo plazo para garantizar la sostenibilidad del sistema, al tiempo que se protege a los más vulnerables. Esto significa considerar no sólo las cifras de la inflación, sino también factores como la equidad, la sostenibilidad y la viabilidad administrativa. Con este enfoque, podemos construir un sistema de pensiones que beneficie a todos.