Recién madre, viuda del ruso asesinado exige justicia y captura de los criminales
El 22 de enero, Vlada dio a luz a Iarik. Su marido, Eugenio Sipatov, fue asesinado dos semanas antes frente a su casa en Remedios de Escalada, por lo que no llegó a conocer a su hijo. En una entrevista con TN, Vlada implora que se haga justicia y los culpables sean atrapados. ¿Quién se encargará de llevar a los culpables ante la justicia?
Tl;dr
- Iarik nació pocos días después del asesinato de su padre, Eugenio Sipatov.
- El asesinato de Eugenio Sipatov sigue sin resolverse.
- Vlada, la esposa de Eugenio, pide justicia por el asesinato de su esposo.
- Vlada intenta mantenerse fuerte por su hijo y recuerda a Eugenio a través de la casa que construyó.
Una tragedia en la familia
El 22 de enero, en el Sanatorio Itoiz de Avellaneda, nació Iarik. Sin embargo, su padre, Eugenio Sipatov, de 40 años, nunca llegó a conocerlo. Unos 15 días antes, este hombre ruso de nacimiento y argentino por adopción fue asesinado a manos de delincuentes motorizados frente a su casa en Remedios de Escalada.
Un crimen sin resolver
El crimen de Sipatov, que tuvo lugar el 7 de enero, sigue sin resolverse. Los dos menores de edad que supuestamente participaron en el ataque fueron liberados por la justicia, y no hay noticias sobre otros dos sospechosos mayores. Hasta la fecha, no hay detenidos en relación con el caso.
Recuerdo y legado
“Iarik me da fuerzas”, confiesa a TN la viuda de Sipatov, Vladyslava, o Vlada, como la llaman sus amigos y familiares. “Si intento estar bien, es por él”, añade. Esta mujer ucraniana de 39 años eligió formar una familia en Argentina y hoy lidera el pedido de justicia por el asesinato de su marido. A pesar del miedo y la incertidumbre, Vlada se niega a abandonar la casa que Eugenio construyó con sus propias manos para ellos.
Vlada espera el día en que deba contarle a su hijo sobre el trágico destino de su padre. “No sé cómo le diré más adelante a Iarik lo que ocurrió con Eugenio, pero quiero que él sepa que esta casa la hizo su papá para él”, dice con emoción.
Opinión editorial
Las vidas de Vlada e Iarik se han visto marcadas por un acto de violencia sin sentido que ha dejado un vacío irremplazable. Esta historia nos recuerda la importancia de la justicia y la resolución de los crímenes, no solo para castigar a los culpables, sino para permitir a las víctimas y a sus seres queridos encontrar algún tipo de cierre. Al compartir su historia, Vlada nos ofrece un desgarrador recordatorio de las consecuencias humanas de la violencia y la importancia de luchar por la justicia.