Pescadora soltera desafía la vida y la economía para criar a sus 4 hijos: ‘Remo en el río y en la vida’
Desde su infancia, Soledad Alarcón aprendió a subsistir a través de la pesca. Tras un año en Buenos Aires, regresó a San Pedro Pescador, donde, desde hace dos décadas, trabaja para un futuro más prometedor para su familia. ¿Logrará su sueño?
Tl;dr
- Soledad “Ita” Alarcón, pescadora argentina, lucha por sobrevivir y alimentar a sus hijos.
- La pesca es una tarea ardua, pero necesaria para la supervivencia de Ita y su familia.
- Vive en un barrio pobre y desatendido, al margen de la economía nacional.
- Ita utiliza la pesca como medio de subsistencia y como terapia emocional.
El desafío diario de ‘Ita’
A lo largo y ancho de Argentina, encontramos historias de superación y resistencia. Una de ellas es la de Soledad “Ita” Alarcón, una pescadora que, a pesar de las dificultades económicas que enfrenta, se mantiene firme en su propósito de alimentar a sus hijos.
La pesca como sustento
Ita, como es conocida, ha sido pescadora durante más de dos décadas. Aprendió el oficio de su padre, y lo ha convertido en el medio de subsistencia para su familia. Pero, la pesca no es fácil. “Cuando hace frío es dura la mano, hay épocas en las que se congela el agua y hay que rebuscárselas. Cuando hace calor, el sol es insoportable. Con 45 grados hay que estar en el río. El que quiere salir adelante, tiene que pescar a toda hora”, relata Ita.
Un hogar en la margen del río
Ita y su familia residen en un barrio humilde, donde las casas están construidas en la margen del río. En este asentamiento, cada temporal amenaza con arrasar con todo. A pesar de los riesgos, Ita ha logrado criar a sus cuatro hijos y ha encontrado en la pesca, no solo un modo de subsistir, sino una forma de enfrentar las adversidades: “Si estoy nerviosa o preocupada por algo, agarro mi canoa y me voy a pescar”.
La economía de una pescadora
Para Ita, las fluctuaciones del dólar y las políticas económicas del gobierno son lejanas a su realidad. Ella vive el día a día, «Mi economía se basa en mi trabajo. A mí me importa a cuánto me paga el acopiador el surubí cuando es temporada o cuánto me pagan por el kilo de otros pescados”, dice.
Opinión editorial
La historia de Ita es un recordatorio de la lucha diaria que enfrentan muchos argentinos. En un mundo donde las noticias se centran a menudo en temas macroeconómicos, es esencial recordar que existen historias de resistencia y supervivencia que merecen ser contadas. La determinación de Ita para alimentar a su familia y mantenerse firme ante las adversidades es un testimonio de la fortaleza y resiliencia humana.