Parapanamericanos: El sorprendente gesto de un entrenador argentino al entregar la medalla de su atleta a una competidora
Walter Dzurovcin, responsable del equipo nacional, detectó un error y alertó a la organización que la competidora de Brasil merecía llevarse el oro. ¿Cómo reaccionó la organización ante esta revelación?
Tl;dr
- Walter Dzurovcin, entrenador argentino de judo, corrigió un error de medallaje.
- Dzurovcin informó a Rocío Ledesma, su atleta, que no había ganado el oro.
- El entrenador anunció a Rosicleide Silva de Brasil que ella era la ganadora.
- El error ocurrió debido a un problema con el sistema de puntuación.
Un gesto de honestidad en el deporte
Un notable gesto de honestidad y deportividad se produjo en los Juegos Parapanamericanos de Santiago de Chile 2023. Walter Dzurovcin, el experimentado entrenador argentino de judo, realizó un acto que quedará grabado en la historia de los juegos.
El error de la medalla dorada
En la categoría -48 kilos femenina, se cometió un error en el sistema de puntuación. A Rocío Ledesma, la atleta argentina que Dzurovcin entrena, le fue otorgada erróneamente la medalla de oro. Al darse cuenta del error, el entrenador argentino no dudó en rectificarlo. Dzurovcin, según el sitio Paradeportes, expresó “No puede ser, está mal” cuando se le informó de la supuesta victoria de Rocío.
La corrección de Dzurovcin
Inmediatamente, Dzurovcin se acercó a las atletas con discapacidad visual para informarles que el podio debía cambiar. Preguntó a Rosicleide Silva de Brasil si había ganado sus tres combates. Ante la respuesta afirmativa, le dijo: “El oro es tuyo, hubo un error. Rocío, vos sos plata”.
Valores por encima de las medallas
Este hecho refleja la importancia de los valores en el deporte. “Los valores del judo, del deporte y la honestidad están por arriba de cualquier medalla”, comentó Dzurovcin en Paradeportes. A pesar de la errónea asignación inicial de medallas, el entrenador argentino demostró que la integridad y la justicia son más importantes que cualquier victoria.
Opinión editorial
El gesto de Dzurovcin es un recordatorio de que, a pesar de la competitividad en el deporte, la honestidad siempre debe prevalecer. Este acto admirable demuestra que los verdaderos campeones son aquellos que juegan con integridad y respeto. Los valores del deporte van más allá de las medallas y los podios.