Paga factura de luz de $840,000 con sus ahorros en una carretilla
El propietario de una fábrica de embutidos en Huinca Renancó, Córdoba, se vio obligado a pagar un monto exorbitante por un servicio con billetes de $100 y $200, explicando que pagó con lo que pudo ahorrar. ¿Fue esta su única opción?
Tl;dr
- Darío Villarruel protesta contra tarifas de luz altas.
- Paga su factura con carretilla llena de billetes.
- Critica la diferencia de tarifas entre ciudades.
- Pide equidad de precios, no subsidios.
Protesta inusual contra altas tarifas de luz
En un acto de protesta inusual, Darío Villarruel, un comerciante de Huinca Renancó, Córdoba, decidió pagar su factura de luz de $840.000 en billetes de $100 y $200. Este acto simbólico es su respuesta a la eliminación de subsidios y al consiguiente aumento de tarifas.
Un reclamo pacífico
Villarruel, propietario de una pequeña fábrica de chacinados, recurrió a esta modalidad de pago como “una especie de reclamo pacífico” contra la distribuidora de energía local. Asegura que, a pesar de sus esfuerzos para ahorrar, las altas tarifas hacen que sea casi imposible mantener su negocio a flote.
La lucha por la equidad de precios
El comerciante argumenta que existe una desigualdad en las tarifas en comparación con otras ciudades como Río Cuarto y Córdoba capital. Las altas facturas, dice, amenazan la supervivencia de su negocio y de otros en la localidad. Villarruel “No pide que le regalen un subsidio, quiere equidad de precios”.
Reacción y repercusión
Tras su protesta, Villarruel afirmó que los empleados de la Cooperativa de Electricidad Huinca Renancó no estaban sonrientes ante su acto. Sin embargo, su historia ha generado atención a nivel local y nacional, poniendo de relieve la lucha de los comerciantes de pequeñas localidades frente a las crecientes tarifas de los servicios públicos.
Opinión editorial
Este acto de protesta demuestra la necesidad urgente de abordar las tarifas de servicios públicos en Argentina. La viabilidad de los negocios locales y la vida económica de las pequeñas localidades están en juego. Es imprescindible buscar un equilibrio entre la necesidad de recaudar fondos para los servicios públicos y el impacto en los ciudadanos y negocios locales.