Milei busca alternativas: ¿Los decretos y la consulta popular bastarán para evadir al Congreso?
El Gobierno podría enfrentarse a obstáculos legales si decide gobernar a través de un DNU o convocar a un plebiscito, lo que podría generar un efecto opuesto al deseado. ¿Podrán superar estos desafíos legales?
Tl;dr
- Milei ha perdido sus principales apuestas para gobernar.
- Tiene tres herramientas para avanzar con sus reformas, pero todas implican riesgos.
- El uso de decretos y consultas populares puede no ser suficiente para superar al Congreso.
- La única alternativa parece ser negociar con más flexibilidad.
La difícil situación de Milei
El panorama político para Javier Milei parece haberse complicado. Con la Ley Ómnibus fracasada en Diputados y solo un tercio del DNU de desregulación aún en pie debido a impugnaciones y medidas cautelares, Milei se encuentra en una encrucijada.
Límites de los instrumentos presidenciales
A su disposición, el Presidente cuenta con tres instrumentos para avanzar con sus reformas: los decretos simples, los decretos de necesidad y urgencia (DNUs) y la consulta popular. Sin embargo, cada uno de estos caminos presenta serios riesgos.
Si Milei decide eludir al Congreso y castigar a los legisladores, a quienes califica de “delincuentes”, “traidores” o de “casta”, podría optar por usar decretos reglamentarios y DNUs. Pero estas opciones tienen sus limitaciones. Los decretos simples no son suficientes para legislar y los DNUs presentan problemas serios. Existen materias que no se pueden regular por esta vía, como la penal, tributaria y electoral.
La consulta popular: una alternativa riesgosa
La segunda opción es la consulta popular. Pero, ¿sería suficiente para eludir al Congreso? Según el Artículo 40 de la Constitución Nacional, un plebiscito convocado por el Presidente tiene un resultado no vinculante. Además, una consulta popular es, en esencia, una elección. De estos detalles simples se derivan varias consecuencias.
Milei debería optar por una consulta no vinculante. Pero los riesgos son enormes. Primero, solo puede convocar consultas sobre temas de su propia competencia. Segundo, el costo económico y logístico de esto es significativo. Un plebiscito no se puede convocar de un día para otro, requiere semanas o incluso meses de preparación. Y aún si Milei consigue más votos, el resultado no es vinculante para el Congreso.
Opinión editorial
En resumen, parece que Milei se encuentra en un laberinto político del cual la única salida es la negociación con más flexibilidad. La política, después de todo, es el arte de lo posible. Y en este caso, podría ser la única forma de que Milei logre sus objetivos sin quedar atrapado en los instrumentos que hoy parecen insuficientes.