Luciana Salazar revela la verdad detrás del matrimonio de Martín Redrado y Lulú Sanguinetti
Se insinuó en un programa que la esposa del economista prefiere evitar cualquier relación entre él y Matilda. ¿Qué sucederá a continuación?
Tl;dr
- Luciana Salazar revela la verdad sobre Redrado y Sanguinetti.
- Redrado citado por la justicia por compromiso con Matilda.
- Salazar critica a Redrado por descuidar a su hija.
- Salazar solicitó a Redrado que no vea a Matilda a escondidas.
La verdad detrás del compromiso de Redrado con Matilda
En un giro sorprendente, la actriz y modelo Luciana Salazar ha expuesto la verdad del matrimonio de su ex pareja, el economista Martín Redrado y Lulú Sanguinetti. Salazar manifestó su frustración después de descubrir que Sanguinetti, la actual pareja de Redrado, no desea tener ningún vínculo con Matilda, la hija de Salazar.
Citación judicial y compromiso cuestionado
El próximo 8 de febrero, el economista Redrado deberá comparecer ante la Justicia para verificar si su firma en un documento comprometiéndose a mantener a Matilda hasta la mayoría de edad es auténtica. Este compromiso ha sido el centro de una batalla judicial entre Salazar y Redrado.
La situación se complicó aún más cuando se reveló que Sanguinetti no desea tener ninguna relación con Matilda. “Es el pasado de Martín”, comentó Paula Varela, añadiendo una nueva capa de tensión a la situación.
Salazar defiende los derechos de su hija
A través de las redes sociales, Salazar respondió a las afirmaciones de Sanguinetti. “Redrado no se casó, hasta con eso mintió”, criticó, refiriéndose a la supuesta falsedad de su matrimonio. Además, Salazar señaló que Redrado ha sido descuidado con su hija, incumpliendo con su cuota alimentaria durante casi dos años.
Además, Salazar acusó a Redrado de manipular sentimentalmente a Matilda y de violar sus derechos. Según Salazar, Redrado eligió firmar ante un notario su responsabilidad sobre Matilda, dejando garantías de su patrimonio por escrito, una realidad que ahora parece negar.
Opinión editorial
Este conflicto pone de relieve la necesidad de proteger los derechos de los menores en situaciones de separación o divorcio. Es imperativo que las partes adultas actúen con madurez y respeto, priorizando siempre el bienestar de los niños involucrados. La batalla judicial de Salazar y Redrado nos recuerda la importancia de este principio.