La trágica historia de Luca Prodan: Heroína, alcohol y un derrumbe, 39 años después del primer disco de Sumo
"Divididos por la felicidad" marcó el comienzo de una banda profundamente influenciada por su líder, quien cargaba con numerosos dramas personales y una diversidad de géneros musicales en su mente. ¿Cómo continuó su historia?
Tl;dr
- Luca Prodan, líder de Sumo, marcó una época con su música.
- La vida de Prodan estuvo marcada por las adicciones y tragedias.
- Sumo lanzó su primer disco «Divididos por la felicidad» hace 39 años.
- Prodan murió joven, pero dejó una huella imborrable en la música.
Luca Prodan: Genio y figura de «Sumo»
Hace 39 años, la escena musical argentina fue sacudida por la publicación de «Divididos por la felicidad», el primer álbum de Sumo. Bajo el liderazgo de Luca Prodan, una figura única en el panorama musical, la banda logró fusionar diversos estilos en un solo disco. Este trabajo, tanto por su calidad musical, como por la figura trágica de Prodan, sigue siendo recordado y venerado.
La tragedia detrás del genio
Prodan, nacido en Italia, fue enviado a Escocia para recibir la mejor educación que Europa podía ofrecer. Sin embargo, a pesar de demostrar grandes aptitudes académicas en el prestigioso Gordonstoun School, Prodan eligió la música. Pero su vida estuvo marcada por las adicciones, especialmente a la heroína y al alcohol, y por una tragedia familiar que lo marcaría para siempre: el suicidio de su hermana Claudia, adicta a la heroína como él.
Sumo: Un recorrido corto pero intenso
Al llegar a Argentina tras la muerte de su hermana, Prodan se instaló en Córdoba. Allí, en las sierras, se unió a Germán Daffunchio y Alejandro Sokol, formando Sumo. Publicaron su primer disco en 1985, «Divididos por la felicidad», que destacó por la mezcla de géneros como new wave, reggae, ska y punk. Canciones como «La rubia tarada», «El reggae de paz y amor» o «Mejor no hablar de ciertas cosas», se convirtieron en himnos para muchas generaciones.
Pero la vida de Prodan se apagó prematuramente. Las adicciones pasaron factura, y a los 34 años, Luca murió. Pero su legado musical, su voz y su rebeldía, permanecen vivos y su huella en la música es imborrable.
Opinión editorial
Luca Prodan, más que un músico, fue un icono que supo reflejar en sus letras la realidad de una generación. Su vida, marcada por las adicciones y la tragedia, se transformó en un canto rebelde que aún resuena en nuestros oídos. Pese a su prematura muerte, su legado nos recuerda que aun en medio de la adversidad, el arte prevalece.