La NASA desvela los insólitos rastros de las misiones Apolo en la Luna: desde excrementos a dólares y una estatua
La agencia espacial enfatiza la relevancia de preservar los fascinantes objetos abandonados en nuestro satélite, que incluyen desde pelotas de golf hasta equipos de televisión, una Biblia e incluso una jabalina. ¿No te parece sorprendente?
Tl;dr
- La Luna alberga restos de las expediciones humanas.
- La NASA quiere proteger los artefactos abandonados.
- Se ha publicado un catálogo de lo que los humanos dejaron en la Luna.
- Se incluyen más de 800 objetos, desde residuos humanos hasta una estatua de aluminio.
El legado humano en la Luna
La Luna, destino de nuestras más grandes expediciones, es un verdadero museo de la exploración espacial. En su superficie se encuentran restos de cohetes y artefactos dejados por las misiones Apolo de Estados Unidos y la exUnión Soviética. Con la nueva carrera espacial en camino, la NASA ha decidido preservar este patrimonio.
Protegiendo los artefactos lunares
Según la agencia que puso un hombre en la Luna en 1969, el primer paso para salvaguardar estos objetos de valor histórico y científico es saber exactamente qué hay y dónde está. Para ello, la NASA ha publicado un relevamiento exhaustivo de los materiales humanos en la Luna.
Un catálogo lunar
El catálogo, llamado Catálogo de materiales creados por el hombre que hay en la Luna, detalla más de 800 objetos. Incluye desde residuos humanos como bolsas llenas de vómito, orina y excrementos, hasta restos de naves espaciales, pelotas de golf, billetes y una estatua de aluminio.
La Luna como cápsula del tiempo
Entre los objetos abandonados, se encuentran memorabilia como una estatua de aluminio llamada “El astronauta caído”, objetos personales de los tripulantes de las misiones Apolo y los restos de las misiones Ranger, Luna, Surveyor y otras. La NASA incluso desea recuperar las bolsas de heces dejadas por los astronautas para estudiar si alguna bacteria pudo sobrevivir las condiciones extremas de la superficie lunar.
Opinión editorial
Preservar nuestro legado en la Luna es como mantener un diario de nuestra evolución tecnológica y científica. Cada objeto dejado en su superficie cuenta una historia de esperanza, valor y curiosidad humana. Este patrimonio, abandonado en el desierto lunar, es un reflejo de nuestro deseo innato de explorar lo desconocido. Deberíamos protegerlo como un testimonio de nuestro coraje y ambición, para que las generaciones futuras puedan aprender de nuestras hazañas y errores.