La Gioconda del Louvre atacada con sopa por dos activistas en Francia
La pintura magistral de Leonardo Da Vinci está resguardada por un cristal protector. Se destaca la participación de mujeres en un grupo ecologista que promueve una dieta saludable y sostenible. ¿Cómo podríamos apoyar su causa?
Tl;dr
- Activistas arrojaron sopa a «La Gioconda» para reivindicar alimentación sostenible.
- Las mujeres forman parte del grupo «Riposte alimentaire».
- El cuadro no sufrió daños gracias al cristal que lo protege.
- La obra de Da Vinci se encuentra en el Salón de los Estados del Louvre.
Activismo en el Louvre: La Gioconda como lienzo de protesta
El pasado domingo, un suceso insólito sacudió al museo del Louvre, cuando dos activistas decidieron utilizar «La Gioconda», la obra maestra de Leonardo Da Vinci, como lienzo de protesta. Su objetivo era claro y directo: reivindicar una alimentación sana y sostenible.
Gesto simbólico que causó revuelo
Las mujeres, audaces y decididas, arrojaron sopa de color naranja sobre la obra y, tras ello, revelaron las camisetas que llevaban con el emblema de «Riposte alimentaire». Este grupo, al que pertenecen, exige una seguridad social alimentaria sostenible. En palabras de una de las activistas: “¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y duradera? Nuestro sistema agrícola está enfermo”.
La Gioconda, una obra resistente a los ataques
A pesar de la conmoción causada, «La Gioconda» no sufrió daños. Esto se debe a que está protegida por un cristal a prueba de balas. Dicha protección se implementó desde 1907, luego de un acto vandálico a una obra de Ingres. Desde entonces, las grandes piezas del Louvre están resguardadas por «vidrios de diamante».
La Gioconda, una obra inalcanzable
La ubicación de «La Gioconda» también es digna de mencionar. Tras pasar por varias salas, desde 2005 se encuentra alojada en el Salón de los Estados. Esta sala le ofrece una pared para ella sola y está rodeada de notables pinturas venecianas. La obra maestra de Da Vinci es casi inaccesible al público, debido a los estrictos protocolos de seguridad que la custodian.
Opinión editorial
Este incidente, aunque perturbador, nos invita a una reflexión profunda sobre el equilibrio entre el arte y nuestro deber social. Una alimentación sana y sostenible es un derecho fundamental, y resulta irónico que tengamos que enmarcar esta lucha en uno de los lienzos más famosos del mundo para que sea visible. Es un grito que no podemos ignorar.