La carne cruda en la dieta canina: un riesgo para la salud de los dueños
Existe la posibilidad de que las bacterias resistentes, excretadas por las mascotas en el hogar y en el entorno, se transmitan a los humanos. ¿Estamos preparados para enfrentar esta amenaza?
Tl;dr
El peligro oculto en la dieta de los perros
Un reciente estudio del Reino Unido ha revelado una preocupante conexión entre la dieta de nuestras mascotas y el riesgo de propagación de bacterias peligrosas. Alimentar a los perros con carne cruda puede hacer que excreten una variante de la bacteria Escherichia coli resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico comúnmente utilizado.
La ruta de transmisión: de los perros a los humanos
El “hallazgo alarmante” puede abrir una ruta de propagación de estas bacterias resistentes a los humanos y animales de granja a través de la carne cruda que se da a los perros. Según el epidemiólogo genético Jordan Sealey, de la Universidad de Bristol, si bien el estudio no se centró específicamente en la comida cruda para perros, se encontró una “asociación muy fuerte” entre la excreción de E. coli resistente y la alimentación de los perros con esta dieta.
Riesgos para la salud humana
Las bacterias resistentes que los perros excretan pueden transmitirse a sus dueños y a otras personas. Cuando una persona ingiere E. coli, estas bacterias pueden permanecer en sus intestinos durante años antes de causar una infección. Si la E. coli es resistente a antibióticos importantes, las infecciones son más difíciles de tratar, aumentando la probabilidad de hospitalización y muerte.
Un llamado a la regulación
El bacteriólogo molecular Matthew Avison, también de la Universidad de Bristol, ha instado a establecer límites más estrictos en el número de bacterias permitidas en la carne que se vende para comer cruda. Advierte que la elección de alimentar a un perro con carne cruda implica que es probable que los dueños de mascotas interactúen con una mascota que excreta E. coli resistente.
Opinión editorial
En nuestra sociedad cada vez más consciente de la salud, es vital que consideremos los riesgos que nuestra elección de alimentos para mascotas puede representar para la salud pública. No sólo deberíamos estar preocupados por lo que nuestros perros están comiendo, sino también por cómo esto podría afectar a otros. Es momento de que los fabricantes de alimentos para perros y los reguladores tomen medidas para garantizar la seguridad de todos.