Investigación en Mar del Plata: Niño de 2 años muere con signos de abuso y golpes
El pequeño fue llevado de emergencia en estado crítico al Hospital Materno Infantil, y su madre fue arrestada. ¿Cómo se desarrollarán los eventos a partir de ahora?
Tl;dr
- Muerte trágica de un niño de dos años en Mar del Plata.
- El niño mostraba signos de abuso y golpes.
- La madre, Daiana Campos, ha sido detenida.
- Campos niega responsabilidad en la muerte del niño.
Profunda consternación en Mar del Plata
En un suceso que ha sacudido a la ciudad de Mar del Plata, un niño de dos años ha fallecido en el Hospital Materno Infantil en circunstancias trágicas y alarmantes. El pequeño ingresó en estado crítico al hospital, y a pesar de los esfuerzos de los médicos de guardia, no se pudo salvar su vida. Pero la tragedia no termina ahí.
Signos de abuso y golpes
El personal médico, al percatarse de que el niño presentaba signos de abuso sexual y golpes en diversas partes del cuerpo, alertó a la Policía y a la Unidad Funcional de Instrucción 6. La fiscal Romina Díaz, a cargo del caso, solicitó un allanamiento inmediato de la casa donde vivía el niño con su madre, Daiana Campos, y dos hermanos de 9 y 7 años.
Detención de la madre
En el marco de la causa, caratulada como “homicidio agravado por el vínculo”, Díaz ordenó la detención de Campos. Esta madre de 27 años llevó inicialmente a su hijo al centro municipal de Atención Primaria N°2, donde, debido a la gravedad de su estado, los médicos decidieron su traslado urgente al hospital. Ahora se esperan los resultados de la autopsia para determinar las causas exactas de la muerte.
La declaración de Daiana Campos
Campos, asesorada por la Defensoría Oficial, declaró ante la fiscal de la causa, asegurando que “No tuvo ninguna responsabilidad en el hecho”, según informó el medio La Capital de Mar del Plata. Fuentes de la investigación revelaron que Campos estaba separada desde hace un año del padre de sus hijos, y que durante el allanamiento, la policía incautó su teléfono móvil.
Opinión editorial
Este es un caso desgarrador que nos confronta con la peor de las realidades. No podemos, como sociedad, permitir que los más vulnerables sean víctimas de estos actos inhumanos. Mientras aguardamos la decisión de la justicia, es crucial reflexionar sobre el deber colectivo de proteger y cuidar a nuestros niños.