Huracán Melissa: devastación sin precedentes en Jamaica

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La isla caribeña de Jamaica enfrenta una situación sin precedentes tras el paso del huracán Melissa, que ha dejado a su población conmocionada por la magnitud de los daños materiales y las graves consecuencias para la vida cotidiana.
Tl;dr
El paso arrasador del huracán Melissa
La madrugada del miércoles 29 de octubre de 2025, la población de Jamaica se despertó ante un panorama desolador: la isla había sido sacudida por uno de los huracanes más potentes registrados en su historia reciente. Las primeras imágenes desde el oeste muestran el impacto implacable de Melissa: viviendas reducidas a escombros, tejados volando y carreteras anegadas bajo montañas de restos.
Aislamiento y colapso de las comunicaciones
En el municipio de Black River, capital provincial de Saint Elizabeth, apenas resiste en pie la torre cuadrada de la iglesia anglicana St John. El policía local, Warrell Nicholson, advierte que la zona está completamente destruida. Los vídeos difundidos evidencian calles inundadas, postes eléctricos derribados y ráfagas que no cesan. La situación es especialmente crítica en las áreas rurales, incomunicadas tanto física como tecnológicamente: “Todas las rutas permanecen bloqueadas”, lamenta Nicholson.
A nivel nacional, cerca de 600.000 habitantes carecen de suministro eléctrico. Además, miles siguen siendo inlocalizables, especialmente en zonas montañosas o próximas a la costa.
Tesoros arrasados y testimonios estremecedores
En la localidad costera de Bluefields, justo donde tocó tierra el ciclón, resulta difícil contener la emoción: “He soportado tres o cuatro huracanes aquí; nunca presencié algo así”, confiesa el dueño de un complejo turístico tras ver sus seis villas destrozadas y el generador sepultado bajo un árbol caído.
Más al noroeste, en Seaford Town, el restaurante gestionado por Christopher Hacker ha quedado reducido a una estructura tambaleante, mientras sus plantaciones han sido barridas por completo. Incluso en la capital, Kingston, muchas familias se refugiaron en duchas interiores con almohadas para protegerse del estruendo exterior.
Varios elementos ilustran la magnitud del desastre:
- Daños estructurales graves tanto en viviendas como edificios públicos.
- Cortes eléctricos generalizados, dejando regiones enteras sin energía.
- Caminos destruidos o bloqueados, obstaculizando rescates y comunicación.
Larga reconstrucción y resiliencia ante la adversidad
Por ahora, las autoridades mantienen silencio respecto al número exacto de víctimas; únicamente se reconoce que hay “numerosas casas destruidas”. Mientras tanto, crece entre los jamaicanos una mezcla palpable de ansiedad e instinto resiliente. “Nos espera una reconstrucción ardua y prolongada”, anticipa ya Andrew Houston Moncure. En definitiva, más que nunca, lo que inquieta es el alcance real de los daños sufridos por una población desconectada del mundo y privada temporalmente de los servicios esenciales.