Hallazgo inesperado: células pancreáticas generan un compuesto parecido al Ozempic

ADN
Investigaciones recientes señalan que ciertas células pancreáticas serían capaces de generar una sustancia con propiedades semejantes al conocido medicamento Ozempic, abriendo nuevas perspectivas en el estudio de tratamientos para afecciones metabólicas como la diabetes.
Tl;dr
- Descubren que células alfa pancreáticas producen GLP-1.
- Potencial para reducir dependencia de fármacos como Ozempic.
- Aún faltan pruebas clínicas en humanos.
Un nuevo hallazgo en la lucha contra la obesidad y el diabetes tipo 2
En los últimos años, el avance de la obesidad y los trastornos metabólicos ha ido de la mano del aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y un modo de vida cada vez más sedentario. La preocupación por estas cifras se ha reflejado también en la creciente demanda de tratamientos farmacológicos, especialmente Ozempic. Este medicamento inyectable, a base de semaglutida, fue aprobado para tratar el diabetes tipo 2, aunque su uso se ha extendido entre quienes buscan perder peso, a pesar de no contar con aval para este fin por parte de organismos como la FDA.
Un inesperado papel del páncreas
Sin embargo, recientemente ha surgido una noticia que podría cambiar radicalmente el enfoque sobre el tratamiento de estas enfermedades. Investigadores de la Duke University han descubierto que ciertas células alfa del páncreas —tradicionalmente conocidas solo por producir glucagón— son capaces también de sintetizar GLP-1, una hormona clave para estimular la insulina y controlar el peso corporal. Según detalla el estudio publicado en «Science Advances», cuando se inhibe la enzima PC2 en favor de PC1/3, estas células modifican su función y comienzan a generar GLP-1 en mayor cantidad.
El hallazgo se verificó tanto en tejidos humanos como murinos, observándose una reacción consistente ante diferentes edades y condiciones fisiológicas.
Nuevas perspectivas terapéuticas a estudio
Tras analizar mediante espectrometría de masas los niveles activos de GLP-1 producidos bajo estas condiciones, los científicos comprobaron que, después de las comidas, ese GLP-1 reforzaba la secreción natural de insulina y moderaba el impacto glucémico del glucagón. Esto podría traducirse, a largo plazo, en una reducción significativa del uso obligatorio de medicamentos costosos o difíciles de acceder.
Varios elementos explican esta esperanza:
No obstante, manipular este delicado mecanismo conlleva riesgos evidentes: desequilibrios como hipoglucemia o complicaciones aún desconocidas podrían aparecer.
Horizontes abiertos y cautela científica
Por ahora, conviene ser prudentes: aunque los resultados entusiasman a parte de la comunidad médica, las pruebas se han realizado principalmente sobre tejidos aislados o modelos animales. Queda por delante todo un proceso para confirmar si estos mecanismos pueden inducirse con seguridad en humanos. En cualquier caso, este avance sitúa al páncreas —y sus capacidades hasta ahora poco exploradas— en el centro del debate sobre futuras terapias frente al diabetes tipo 2 y posiblemente también contra la obesidad.