Hace 35 años, Sam Raimi revolucionó el cine de superhéroes con su primer filme de culto
Hace 35 años, el cineasta Sam Raimi marcó un hito en el género al dirigir su primera película de superhéroes considerada de culto, abriendo así una nueva etapa en su carrera y dejando huella en la historia del cine fantástico.
Tl;dr
Un precedente olvidado en la filmografía de Sam Raimi
En los años previos a que Liam Neeson se consagrara como referente del cine de acción gracias a la saga «Taken», su carrera estuvo marcada por elecciones poco convencionales, algunas de ellas injustamente relegadas al olvido. Uno de estos títulos, fundamental aunque menos recordado, es «Darkman», dirigido por Sam Raimi en 1990. Lejos del reconocimiento inmediato o la etiqueta de película emblemática, este proyecto supuso un experimento singular que terminó moldeando aspectos esenciales del género superheróico contemporáneo.
Una visión atípica del héroe americano
Si hoy sorprende la apuesta estética y narrativa de «Darkman», en su momento resultó aún más desconcertante para el público: se trataba de un superhéroe completamente ajeno a las grandes franquicias. Aquí, el científico Peyton Westlake —interpretado con una sensibilidad casi dolorosa por Neeson— ve cómo su vida se desmorona tras una brutal agresión orquestada por Robert Ruant (Larry Drake). Deformado física y psicológicamente, Westlake renace bajo la identidad de Darkman, embarcándose en una cruzada solitaria guiada únicamente por dos motores: la venganza y el intento desesperado de proteger a Julie Hastings (Frances McDormand).
Apuesta visual y emocional sin precedentes
El sello inconfundible de Sam Raimi, forjado en sus incursiones previas en el terror —como «Evil Dead»—, impregna toda la película. Unos efectos especiales artesanales, logrados mediante stop-motion y un maquillaje meticuloso, aportan ese carácter áspero y genuino tan difícil de replicar hoy. La atmósfera combina claroscuros dignos del cine negro clásico con ecos del expresionismo alemán y reminiscencias del thriller urbano ochentero. Pero el gran activo es, sin duda, la interpretación contenida y trágica de Neeson, quien logra huir del histrionismo habitual en este tipo de relatos e imprime humanidad a su monstruo.
El impacto silencioso de un filme pionero
Varios elementos explican esta influencia duradera:
Curiosamente, el tiempo ha reivindicado la audacia formal y emocional de «Darkman». El propio Marvel Studios, décadas después, confiaría a Raimi una superproducción como «Doctor Strange in the Multiverse of Madness». Para quienes buscan las raíces menos evidentes del auge superheróico hollywoodiense, esta obra disponible ya en plataformas como Prime Video o Google Play representa una etapa fundacional que vale la pena revisitar.