Guido Süller desvela detalles de su primer beso con Ricardo Fort: “Al principio, lo rechacé…
Esta semana, en Nadie Dice Nada, el famoso personaje reveló detalles sobre su primer encuentro con el chocolatero. ¿Te has preguntado alguna vez cómo fue esa experiencia?
Tl;dr
- Guido Süller relata su primer beso con Ricardo Fort.
- Se conocieron en una discoteca, donde Fort lo invitó a su fábrica de chocolate.
- Fort le permitió llevarse cuantas cajas de chocolates quisiera a cambio de un beso.
- Süller reflexiona sobre su relación con Fort, describiéndolo como sensible y necesitado de afecto.
El encuentro fortuito
En una entrevista reciente en Nadie Dice Nada (Luzu TV), Guido Süller compartió una anécdota fascinante de su primer encuentro con Ricardo Fort. Este encuentro ocurrió en una discoteca llamada Búnker, a la que Süller había decidido asistir para distraerse tras una ruptura amorosa.
Una propuesta inesperada
Durante la velada, un joven extremadamente atractivo se acercó a él y le propuso bailar. Este joven resultó ser Ricardo Fort, quien, tras recibir varios rechazos de Süller, reveló ser el dueño de una fábrica de chocolates. Pese a la incredulidad inicial de Süller, Fort insistió y prometió mostrarle su fábrica si aún se encontraban solos a las 6 de la mañana.
Un viaje al mundo del chocolate
Efectivamente, a las 6 de la mañana, Fort cumplió su promesa y llevó a Süller a su fábrica de chocolates. Describió con emoción el intenso aroma a chocolate que inundaba el lugar y las paredes forradas de cajas de chocolates de piso a techo. Fort le permitió tomar cuantas cajas quisiera, pero con una condición: debía darle un beso antes de irse.
Reflexiones sobre Fort
Süller finalizó su relato con algunas reflexiones sobre su relación con Fort. Lo describió como una persona sensible y necesitada de afecto, a pesar de que a menudo se mostraba soberbio y autoritario. Según Süller, ambos compartían un deseo profundo de ser amados y recordados.
Opinión editorial
Este relato de Guido Süller nos ofrece una perspectiva única e íntima de Ricardo Fort. Más allá de su imagen pública, Fort era un ser humano con profundas necesidades emocionales y un gran amor por el chocolate. Una vez más, queda demostrado que las apariencias pueden ser engañosas y que cada persona tiene una historia que merece ser contada.