Fiscal exige cárcel preventiva para Chocolate Rigau: estrategia para romper el pacto de silencio
Federico Atencio, el juez del caso, tiene ahora la tarea de decidir si el líder del PJ permanecerá detenido. También queda por resolver la situación de los titulares de las 48 tarjetas de débito bajo investigación. ¿Cuál será el próximo paso en este caso?
Tl;dr
- Julio “Chocolate” Rigau sigue en prisión tras fraude.
- Rigau recolectaba dinero de tarjetas de débito de empleados del gobierno.
- Se descubrió que Rigau trabajaba para los líderes del Frente Renovador.
- Transacciones de Rigau se consideran de “fines espurios”.
El caso de Julio “Chocolate” Rigau
La situación legal de Julio “Chocolate” Rigau se complica. Este reconocido miembro del Partido Justicialista en La Plata fue arrestado tras ser sorprendido extrayendo dinero de tarjetas de débito de empleados de la Legislatura bonaerense. Según la fiscal Betina Lacki, las evidencias son suficientes para solicitar su prisión preventiva.
Detenido por segunda vez
Informes judiciales indican que la fiscal Lacki solicitó al juez Federico Atencio la prisión preventiva de Rigau. Esta es la segunda vez que Rigau es arrestado, la primera fue en septiembre cuando la policía local alertó sobre sus actividades sospechosas. En aquel entonces, Rigau fue sorprendido extrayendo dinero de múltiples cajeros automáticos, con 48 tarjetas de débito, 1.200.000 pesos en efectivo y un cuaderno con las respectivas claves.
Las maniobras fraudulentas de Rigau
Existe evidencia en los chats que revelan que Rigau recibía 200.000 pesos al mes para ejecutar maniobras fraudulentas que llevaban años en marcha. Estas actividades estaban supervisadas por los líderes del Frente Renovador, Claudio y Facundo Albini. Según la fiscal Lacki, estas transacciones se realizaban para fines corruptos y los trabajadores que entregaban sus tarjetas de débito eran en su mayoría empleados fantasma que a cambio recibían beneficios de seguridad social y aportes jubilatorios.
Silencio sugestivo
Rigau mantuvo silencio cuando tuvo la oportunidad de defenderse ante la fiscal. Este silencio, junto con el de los implicados en el escándalo, ha causado gran atención en el ámbito político. La fiscal Lacki amplió la acusación de “estafas reiteradas” a “asociación ilícita”, un delito grave que envuelve a los dueños de las tarjetas y a los Albini.
Opinión editorial
Este caso nos recuerda la importancia de operar con integridad en todos los niveles de gobierno. Rigau y aquellos involucrados en este esquema de corrupción deben enfrentarse a la justicia, para restaurar la confianza en nuestras instituciones. El silencio no es una opción.