Fin de la sequía para la soja y el maíz: Evaluación oficial de las reservas hídricas
El descenso de la temperatura y las recientes lluvias han sido valoradas por la Oficina de Riesgo Agropecuario como un respiro para los cultivos de granos que estaban amenazados por la anterior ola de calor. ¿Cómo afectará esto a la producción futura?
Tl;dr
- Las reservas hídricas del país mejoraron tras las recientes lluvias.
- Los cambios benefician especialmente a los cultivos de soja y maíz.
- Persisten áreas con déficit hídrico en Corrientes y Buenos Aires.
- Las lluvias y la bajada de temperaturas renuevan las expectativas productivas.
Renacimiento agrícola tras las lluvias
Según la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), las intensas lluvias del pasado fin de semana han traído “sustanciales cambios” en las reservas hídricas del país. Este cambio ha aliviado el riesgo que enfrentaban los cultivos de soja y maíz, amenazados por la reciente ola de calor.
Variabilidad climática en el territorio argentino
A pesar de las mejoras generalizadas, la ORA alerta sobre la persistencia de áreas con déficit hídrico, como el centro de Corrientes y el extremo sudoeste de Buenos Aires. La estación Mercedes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reportó escasas precipitaciones, manteniendo la situación deficitaria en esa región del NEA.
Renovación de las expectativas productivas
Por otro lado, en el caso de los planteos de soja de segunda, la ORA observó niveles de reserva hídrica adecuados a óptimos en las áreas destinadas a este cultivo. Este hecho, junto con la bajada de las temperaturas tras el bloqueo atmosférico registrado en enero, renueva las expectativas productivas para este sector agrícola.
Además, la ORA subrayó que las recientes lluvias y la bajada de las temperaturas no solo trajeron las tan esperadas precipitaciones, sino que también proporcionaron un alivio necesario para los cultivos.
El caso ejemplar de Pehuajó
En Pehuajó, provincia de Buenos Aires, el agua en el suelo había alcanzado su mínimo histórico a principios de febrero. Sin embargo, después de las lluvias registradas desde entonces, las reservas hídricas han vuelto a la normalidad. Este cambio llega en un momento crucial para el desarrollo de los cultivos, lo que supone un “alivio significativo” para los agricultores.
Opinión editorial
Este giro en el clima pone de manifiesto la importancia de adaptar la agricultura a la variabilidad climática. Las lluvias, aunque beneficiosas, no pueden ser la única solución a la sequía. Es imprescindible impulsar políticas y prácticas sostenibles para asegurar un futuro próspero para el sector agrícola argentino.