Ex amigo de Maradona brilla en la histórica goleada de Boca contra River en el Monumental
Ricardo Gareca anotó dos goles, Cacho Córdoba hizo un doblete y Oscar Ruggeri marcó para darle a Xeneize la oportunidad de grabar una de sus páginas más gloriosas en la historia de los Superclásicos. ¿Podrán mantener este rendimiento?
Tl;dr
- El 7 de marzo de 1982, Boca ganó 5-1 a River.
- Los goleadores fueron Ricardo Gareca, Carlos Cacho Córdoba y Oscar Ruggeri.
- Córdoba recuerda con cariño la victoria histórica.
- Compartió equipo con Maradona y recordó un gol histórico de este.
Una victoria histórica para recordar
El 7 de marzo de 1982 marcó un hito en la historia de los Superclásicos, cuando Boca Juniors se impuso con un contundente 5-1 sobre River Plate en el Monumental. Los encargados de materializar esta hazaña fueron Ricardo Gareca, con dos goles, Carlos Cacho Córdoba, con otros dos, y Oscar Ruggeri, quien sumó uno.
Los recuerdos de un gran partido
Carlos Cacho Córdoba, uno de los protagonistas de aquel partido, lo recuerda como si fuera ayer. En una entrevista con TN, describió aquella goleada como un hermoso recuerdo que lo acompañará por el resto de su vida. Córdoba, quien jugó para Boca desde 1978 hasta 1984, recordó con viveza su doblete en aquel encuentro.
La amistad y la gloria compartida con Maradona
Carlos Córdoba no solo guarda en su memoria la victoria histórica, sino también su amistad con Diego Maradona, con quien compartió equipo en Boca entre 1981 y 1982. Esta relación también le permitió ser parte de uno de los mejores Superclásicos en la historia de Boca, en el cual Maradona marcó un gol fantástico.
“Le hice el pase para que él hiciera el gol, entonces es algo que también te queda muy grabado y te lo recuerdan todos los días, en cada clásico que hay siempre recuerdan ese gol de Diego”, concluyó Córdoba, dejando claro el impacto que tuvo en su vida ese partido y la amistad con Maradona.
Opinión editorial
Las victorias se celebran, pero las históricas se recuerdan con un brillo especial. La hazaña de Boca en 1982 es un ejemplo de ello. No solo fue una goleada, sino una demostración de habilidad, esfuerzo y, sobre todo, de pasión por el fútbol. Las palabras de Córdoba nos recuerdan que más allá del resultado, lo que perdura son los momentos compartidos y la amistad forjada en el camino.