El Tren de Aragua: el temible grupo criminal venezolano que pone en jaque a la región
Esta banda tiene un impacto en al menos ocho países de la región. ¿Cómo está afectando su presencia a la situación en Argentina?
Tl;dr
- El «Tren de Aragua» es la mayor estructura criminal de Sudamérica.
- Nacido en 2014 en Venezuela, se ha extendido a ocho países.
- Este grupo comete múltiples actividades delictivas, con unos 3000 miembros.
- La banda tiene presencia fuerte en países como Panamá, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
El auge del «Tren de Aragua»
El «Tren de Aragua», una estructura criminal nacida en 2014 en la cárcel de Tocorón, Venezuela, ha extendido su influencia a al menos ocho países de Sudamérica. A pesar de su falta de vías férreas, este «tren» ha hecho muchas paradas, extendiendo su poder e influencia a regiones que recuerdan a las poderosas maras centroamericanas.
Actividades delictivas y extensión
La periodista venezolana Ronna Rísquez Sánchez, autora del libro «El Tren de Aragua», identificó más de 20 actividades delictivas llevadas a cabo por el grupo. Estas van desde el tráfico de migrantes y la trata de mujeres hasta la minería ilegal. Se estima que la banda tiene un «ejército» de unos 3000 miembros en toda la región.
¿Cómo se formó el «Tren de Aragua»?
El fenómeno de las megabandas, común en Brasil, es algo relativamente nuevo en Venezuela. Hasta 2014, sólo se formaban pequeños grupos criminales de tres a cinco integrantes. Sin embargo, a partir de ese año, se vio una especie de evolución criminal con la creación de grupos de hasta 50 miembros. Muchas de estas bandas desaparecieron, pero el «Tren de Aragua» sobrevivió y se convirtió en el más poderoso de Venezuela.
Expansión por la región
La gran migración venezolana fue la clave para que esta banda extendiera sus garras por toda Sudamérica. Primero, extendieron su influencia en países como Colombia y Brasil, donde la pandemia de Covid cerró las fronteras. A partir de ahí, se extendieron a toda la región, llegando a países como Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
Opinión editorial
El «Tren de Aragua» es un sombrío recordatorio de cómo el crimen organizado puede aprovechar las crisis migratorias y las desigualdades sociales. Es vital que nuestros gobiernos y sociedades trabajen juntos para combatir estas redes criminales y proteger a los más vulnerables. No podemos permitir que estas «vías del crimen» sigan extendiéndose.