El jugador acosado en Boca paga su salida y lanza su propia escuela de fútbol en Brasil
En 2005, llegó para suplir a Hugo Ibarra, pero tras 16 partidos solicitó a la junta directiva permiso para emigrar, agotado por la tensión generada tras un conocido incidente de discriminación. ¿Cómo afectó esto su carrera?
Tl;dr
- Baiano pagó para dejar Boca Juniors en 2005 debido al acoso mediático.
- El acoso mediático se debió a un incidente de racismo no relacionado con él directamente.
- El defensor continuó su carrera en Rusia, jugando para el Rubín Kazán.
- En la actualidad, Baiano dirige una escuela de fútbol en Brasil.
Una Decisión Difícil
En 2005, Dermival Almeida de Lima, conocido como Baiano, hizo algo inusual: pagó para abandonar el prestigioso club de fútbol Boca Juniors. Se vio forzado a tomar esta decisión a causa de un intenso acoso mediático provocado por un incidente de racismo en el que no estaba directamente involucrado.
De Boca Juniors a Rubín Kazán
Después de un semestre irregular en Boca Juniors, Baiano decidió cambiar de aires. “Teníamos contrato y en Boca no querían que me fuera, así que tuve que negociar, poner dinero y destrabar la salida”, recordó. Después de su salida, el defensor continuó su carrera jugando para el Rubín Kazán en Rusia.
La Presión Mediática
El acoso mediático que llevó a Baiano a tomar esta decisión se inició con el escándalo de Leandro Desábato y Grafite. Desábato, jugador de Quilmes, fue detenido en Brasil acusado de racismo por el jugador de San Pablo, Grafite. Aunque Baiano no estuvo involucrado, se convirtió en el centro de atención de los medios, tanto argentinos como brasileños, que lo buscaban constantemente para hablar sobre el incidente.
“La gente me veía a mí y creía ver a Grafite. Además, los rivales me hostigaban por eso, diciéndome cosas horribles”, recordó Baiano. A pesar de la presión, lamenta haber tomado la decisión de dejar Boca Juniors: “Hoy me arrepiento de haberme ido, de no haber soportado ese mes tan duro que me hizo irme del club”.
Un Nuevo Comienzo en Brasil
Actualmente, Baiano dirige su propia escuela de fútbol en Brasil. A pesar de su experiencia negativa en Argentina, sigue siendo un apasionado del fútbol y se dedica a formar a la próxima generación de jugadores: “Trato de que reciban una formación integral, porque no se trata solamente de jugar bien en la cancha. Este es un deporte de equipo, en el que hay que ayudar al compañero, trabajar con seriedad y tener una gran fortaleza mental”, aseguró.
Opinión editorial
La historia de Baiano es un recordatorio de que los deportistas son seres humanos, sujetos a la presión y al escrutinio público. Su caso nos lleva a reflexionar sobre la responsabilidad de los medios y de la sociedad en su conjunto en la preservación de la salud mental de los deportistas.