Dolor y desolación: la productora abandona su tambo en Santa Fe sin que a nadie le importe
Alejandra, de 57 años, ha dedicado toda su vida al trabajo agrícola. Sin embargo, las condiciones climáticas y la situación económica le impidieron continuar con la producción láctea. Según mencionó a TN, el precio de la leche nunca ha sido favorable. ¿Podrá Alejandra superar estos desafíos?
Tl;dr
- Las vacas argentinas “comen dólares y producen pesos”, dejando a los productores en desventaja.
- La tecnología avanza pero hay menos ganado para aplicar estos desarrollos.
- Alejandra Badino, productora de leche, cerró su tambo y vendió sus vacas.
- La falta de un mercado competitivo para la lechería afecta a los productores y consumidores.
La paradoja de las “vacas que comen dólares”
En el campo argentino, se dice que “las vacas comen dólares y producen pesos”. Esta metáfora ilustra la creciente desconexión entre el coste de producción de un litro de leche y la remuneración que recibe el productor. En esta cadena de inversión, gastos y beneficios, el productor queda en desventaja.
Avances tecnológicos con menos aplicación
Agregando a este desalentador panorama económico se encuentra una triste paradoja. A pesar de los avances tecnológicos y del conocimiento que favorecen la mecanización del proceso productivo, hay cada vez menos ganado donde aplicar estos desarrollos.
El doloroso cierre de un tambo
La dura realidad golpeó a Alejandra Badino, una productora de leche de Santa Fe, que tuvo que cerrar su tambo en Cañada Rosquin. “Es de hace muchos años que una la viene remando. El clima y lo económico lo hicieron imposible, y ya no me quedaba otra. Duele mucho”, confesó Alejandra. A sus 57 años, alquiló algunas vacas para tener ingresos y está buscando trabajo, a pesar de su deseo de continuar en la actividad lechera.
El impacto en el consumidor
Badino destaca que la falta de un mercado competitivo para la lechería no solo afecta a los productores, sino también a los consumidores. “El precio de la leche nunca estuvo bien y el que pierde es el productor, pero también el consumidor”, indicó.
Opinión editorial
Es esencial proporcionar un apoyo más sólido a los productores lecheros argentinos. No solo están luchando contra condiciones económicas difíciles, sino que también están adaptándose a los avances tecnológicos con menos ganado para aplicarlos. El cierre de los tambos no solo afecta a los productores, sino también a los consumidores y al mercado local. Es hora de tomar medidas para rectificar esta situación y valorar más a los productores.