Despertó a su compañera de siesta con golpes brutales tras un asado
Trasladaron a la víctima, cubierta de sangre, a un hospital cercano. Su esposo alegó un accidente doméstico, pero su testimonio permitió su detención. ¿Qué más revelará el testimonio de la víctima?
Tl;dr
- Mujer brutalmente golpeada por su marido en Guaymallén.
- La víctima fue hospitalizada con politraumatismos y herida en el cuero cabelludo.
- El presunto agresor alegó un accidente doméstico.
- El caso fue catalogado como violencia de género.
Un ataque brutal
En una alarmante incidencia de violencia doméstica, una mujer de 55 años fue brutalmente agredida por su marido en la localidad mendocina de Guaymallén. El incidente, que tuvo lugar el domingo pasado, resultó en una hospitalización de emergencia para la víctima.
El presunto agresor
Según los informes, el presunto agresor, identificado como Gastón Gonzalo Gómez, de 48 años, atacó a su esposa mientras descansaban después de un asado. La víctima, que fue encontrada “bañada en sangre”, logró llamar al 911 a pesar de sus heridas.
Cuando llegó la policía, Gómez alegó que su esposa había sufrido un “accidente doméstico”. Sin embargo, después de una inspección más detallada de la escena, los agentes determinaron que la mujer había sido agredida con un hierro.
Consecuencias del ataque
La víctima fue llevada de urgencia al Hospital Central, donde fue diagnosticada con “politraumatismos por golpiza y herida cortante en el cuero cabelludo”. Aunque sus heridas eran graves, los médicos informaron que se encontraba fuera de peligro.
Tras el incidente, la víctima relató que la agresión se produjo después de una discusión sobre celos. Este caso ha sido catalogado como un incidente de violencia de género y el presunto agresor ha sido detenido.
Opinión editorial
Es desgarrador ver cómo la violencia de género sigue siendo una preocupante realidad en nuestra sociedad. Este incidente debe servir como un llamado a la acción para abordar este problema con la seriedad que merece. Es vital que se establezcan medidas más efectivas para proteger a las víctimas y castigar a los agresores. No podemos permitir que estos actos de violencia brutal se conviertan en la norma.