Descubren a argentinas secuestradas en Uruguay en condiciones inhumanas
Engañadas, mujeres de 25 a 30 años, esperaban trabajar como trabajadoras sexuales VIP en el país vecino, pero al llegar a Montevideo, se encontraron sin documentos ni dinero, y con un rastreador puesto. ¿Cómo podrán escapar de esta situación?
Tl;dr
El desmantelamiento de una banda de explotación sexual
En Uruguay, la policía ha rescatado a dos jóvenes argentinas que habían sido engañadas y atrapadas en una red de prostitución. Las víctimas habían viajado al país vecino con la promesa de trabajar en fiestas VIP, un sueño que se convirtió en una pesadilla cuando se encontraron viviendo en condiciones inhumanas.
Las condiciones de vida de las víctimas
Según el periodista de Canal 4 de Punta del Este, Marcelo Umpierrez, las mujeres estaban confinadas en una “choza muy precaria”. Además, “se les quitó el dinero, la documentación y se les colocó un tag para saber donde estaban”, reveló. La realidad era muy distinta a las promesas de lujo que les habían hecho para atraerlas a Uruguay.
Control y explotación
Los proxenetas no sólo les cobraban a las mujeres un alquiler por el alojamiento en la ciudad de Maldonado, sino que también retenían los ingresos que obtenían por su trabajo sexual. Para controlarlas, se les prohibió salir sin autorización y se instalaron rastreadores en sus teléfonos móviles. Incluso, las mujeres afirmaron haber sido drogadas para mantenerlas bajo control.
La huida y el arresto de los proxenetas
Las víctimas lograron escapar durante un viaje en coche con sus captores. Una de ellas fingió sentirse enferma y, cuando se detuvieron en una estación de servicio, pidió ayuda a una mujer que se encontraba en el lugar, lo que resultó en la llegada de la policía y la posterior huida de los hombres. Gracias a un sistema de cámaras de seguridad, el vehículo fue localizado rápidamente y los proxenetas fueron arrestados. En el lugar de detención, descubrieron a una tercera mujer retenida.
Opinión editorial
Este incidente es un recordatorio estremecedor de la brutal realidad de la trata de personas y la explotación sexual. La valentía de estas mujeres para escapar y buscar ayuda es admirable. Sin embargo, es imperativo que trabajemos para prevenir y erradicar estas prácticas inhumanas en nuestra sociedad. La educación, la concienciación y la justicia son nuestras mejores armas en esta lucha.