De prometedor atleta a héroe de guerra y campeón: la increíble historia de un soldado de Malvinas
Emilio Alberto Narciande, una vez cuarto en la competencia mundial de patinaje y campeón Sudamericano, se encontró en un mes en las Islas, sin formación militar, después de iniciar el servicio militar obligatorio. ¿Cómo logró adaptarse a este cambio drástico?
Tl;dr
- Emilio Alberto Narciande fue un prometedor patinador y veterano de la guerra de Malvinas.
- Emilio vivió el horror de la guerra con escasa preparación militar.
- Después de la guerra, Emilio intentó retomar su carrera de patinaje, pero la guerra le dejó secuelas.
- Emilio encuentra su mayor orgullo en su familia, a pesar de las dificultades vividas.
Emilio Alberto Narciande: De la pista de patinaje a la Guerra de Malvinas
Emilio Alberto Narciande, conocido por muchos como Alberto o Emilio, es una figura que simboliza resiliencia y lucha. A sus 18 años, este talentoso patinador ya había hecho su marca en el deporte, siguiendo los pasos de su padre, campeón mundial de patín en 1966. Sin embargo, su vida daría un giro inesperado en 1982 cuando, tras un mes de servicio militar obligatorio, fue enviado a la Guerra de Malvinas.
De la promesa deportiva a la cruda realidad de la guerra
Emilio, que había ganado los Juegos Sudamericanos y tenía una carrera prometedora en el patinaje, “pasó de correr alrededor de una mesa con patines, a enfrentar la crudeza de la guerra con escasa preparación militar”. Sus recuerdos de las condiciones inhóspitas y el terror constante son un testimonio del horror de la guerra. A pesar de todo, encontró hermandad en medio de la adversidad: “Ahí tuve dos amigos que hoy son mis hermanos de la vida”.
El regreso y las secuelas de la batalla
De vuelta a casa, Emilio intentó retomar su carrera en el patinaje. Pero las secuelas emocionales y físicas de la guerra se interpusieron en su camino. A pesar de ganar el selectivo para el Mundial, no pudo competir debido a la falta de fondos del Estado. Aunque ganó dos medallas de oro en los Juegos Odesur, la Confederación Argentina de Patinaje nunca le reconoció sus logros.
Una vida marcada, pero no definida por la guerra
A pesar de las dificultades, Emilio encontró consuelo y orgullo en su familia. “El mayor orgullo de mi vida es haber formado una familia hace 35 años: tengo una esposa, dos hijos”, confiesa. Si bien la guerra marcó su vida, no logró quebrantar su espíritu.
Opinión editorial
El caso de Emilio Alberto Narciande es un recordatorio de las secuelas que la guerra deja en quienes la viven en primera persona. A pesar de todo, Emilio es un ejemplo de resiliencia, demostrando que, aunque las cicatrices pueden perdurar, también pueden ser un recordatorio de nuestra capacidad para superar las adversidades. Su historia es un testimonio de la importancia de no olvidar a aquellos que sacrificaron parte de su vida por su país, y de ofrecerles el reconocimiento y el apoyo que merecen.