De Alzaga a San Martín: Paranoia y Conspiraciones en la Revolución de Buenos Aires
El nacimiento de la República Argentina estuvo marcado por temores a los denominados "subversivos" que intentaban dominar la región del Río de La Plata y a extranjeros que amenazaban a los líderes del país. ¿Cómo lograron superar estos desafíos?
Tl;dr
El miedo a la revolución francesa en Buenos Aires
En el siglo XVIII, la ciudad de Buenos Aires estaba sumida en el temor y el nerviosismo. La Revolución Francesa, que había encendido las chispas de la libertad en Europa, amenazaba con cruzar el Atlántico y desestabilizar el territorio del Río de la Plata. Los rumores de una revuelta liderada por franceses y sus esclavos se extendían como la pólvora, alimentando el miedo de la población. La palabra “libertad”, se había convertido en un término prohibido y peligroso.
La respuesta del Virrey del Río de la Plata
Ante la incertidumbre, el Virrey del Río de la Plata, Nicolás de Arredondo, decidió tomar medidas preventivas. Encomendó la tarea de descubrir y castigar a los posibles sediciosos a Martín de Alzaga, alcalde de primer voto y encargado de las tareas policiales y de seguridad. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no se encontró evidencia concreta de una confabulación.
Las consecuencias de la búsqueda de la conspiración
Al no obtener resultados, Alzaga optó por la tortura para extraer confesiones. Sin embargo, los acusados se mantuvieron firmes y no admitieron su culpabilidad. La aplicación de estas torturas generó un rechazo generalizado entre la población y las autoridades, que finalmente prohibieron su uso. A pesar de ello, Alzaga continuó su persecución, resultando en la ejecución de dos hombres y la expulsión de otros tres.