Cotización del dólar solidario y tarjeta: Actualización para este martes 16 de abril
La adquisición del dólar oficial se ve afectada por impuestos que incrementan su valor en un 60%, ya sea para el ahorro o para cubrir gastos de bienes y servicios con tarjeta en el extranjero, afectando todos los precios. ¿Cómo te impacta esto?
Tl;dr
- El dólar minorista se cotizó a $912,61 el 16 de abril.
- El dólar solidario y el dólar tarjeta cotizaron a $1460,18.
- Las cotizaciones en los bancos variaron, siendo el Banco Piano el más alto.
- El dólar solidario y el dólar tarjeta tienen un recargo del 60%.
El dólar minorista y los tipos de cambio
El martes 16 de abril, el dólar minorista se cotizó a $912,61 para la venta, según el promedio diario del Banco Central (BCRA). El valor de la moneda estadounidense sigue siendo un indicador económico importante en Argentina.
El dólar solidario y el dólar tarjeta
Por otro lado, el dólar solidario, “el oficial más los impuestos que ahora lo encarecen en un 60%”, y el dólar tarjeta se cotizaron a $1460,18 en promedio, de acuerdo con el relevamiento de la autoridad monetaria. Esto es debido al recargo de 60% sobre el precio oficial, por el impuesto PAIS y los adelantos de Ganancias que dispuso la AFIP el 13 de diciembre.
Las cotizaciones en los diferentes bancos fueron las siguientes:
- Banco Galicia: $1494,40
- Banco ICBC: $1475,20
- Banco BBVA: $1480
- Banco Santander: $1472
- Banco HSBC: $1464,32
- Banco Itaú: $1484,80
- Banco Piano: $1516,80
Implicaciones de las retenciones
Todos los gastos en el exterior con tarjeta están alcanzados desde el 13 de diciembre de 2023 por una retención extra del 30% a cuenta de Impuesto País, más la percepción del 30% del Impuesto a las Ganancias. El dólar solidario es la opción para acceder a divisas al valor oficial en la Argentina con el cupo de US$200 mensuales y por persona que tiene una docena de restricciones.
Opinión editorial
El panorama cambiario en Argentina sigue siendo complejo. Los recargos aplicados al dólar solidario y al dólar tarjeta reflejan la lucha del gobierno por controlar la fuga de capitales. Sin embargo, estos impuestos podrían tener un impacto significativo en los consumidores, especialmente aquellos que dependen de las compras en el extranjero o los servicios digitales internacionales.