Corrientes: del fuego devastador a las inundaciones incontrolables en solo dos años
En la provincia, muchas ciudades se ven constantemente inundadas durante las tormentas, y en 2022, casi un millón de hectáreas se incendiaron en medio de una sequía. Los expertos identifican una velocidad inusual en la transición entre estos eventos extremos. ¿Podríamos estar presenciando los efectos del cambio climático?
Tl;dr
- Cambios climáticos intensifican fenómenos extremos en Argentina.
- El suelo lucha por adaptarse a las constantes variaciones del clima.
- Emergencia hídrica y daños ambientales graves en Corrientes.
- Los cambios bruscos afectan a la fauna y la flora de la región.
El cambiante rostro del clima
Los efectos del cambio climático en el mundo son cada vez más evidentes. Un claro ejemplo es lo que ocurre en Corrientes, Argentina, donde las consecuencias de este fenómeno se manifiestan de forma extrema y con una recurrencia alarmante.
Hace apenas dos años, incendios devastadores arrasaron con más de un millón de hectáreas en esta región. Sin embargo, los incendios han quedado en el pasado ante las intensas lluvias que se han producido este verano. “Las situaciones extremas se están dando con más frecuencia y más brusquedad”, advirtió Juan Borús, Subgerente de Sistemas de Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA).
Del fuego al agua
Los cambios en el clima no sólo han generado una gran variabilidad, sino que también han transformado las condiciones del suelo, dificultándose su adaptación. Los suelos pasan de un estrés hídrico total a una saturación completa en muy poco tiempo, lo que tiene un impacto significativo en la flora y la fauna local.
Este año, el Gobernador Gustavo Valdés decretó una emergencia hídrica ambiental por seis meses debido a un «prolongado evento crítico climático e hídrico». Las repercusiones de estos cambios extremos son múltiples, desde «graves daños» ambientales hasta riesgos para la salud y la economía local.
Una lucha por la adaptación
La fauna y la flora de la región también sufren las consecuencias de estos cambios climáticos. Los peces, por ejemplo, ven cómo las condiciones de su hábitat cambian de un año a otro, lo que dificulta su supervivencia.
El análisis del estado actual de los suelos se convierte en otro desafío. Como señala Borús, “Los territorios tienen memoria», y la condición hídrica de los suelos depende de la historia climática de la región.
Opinión editorial
La realidad que se vive en Corrientes es un ejemplo más de cómo el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente. La rapidez y frecuencia de estos cambios extremos en el clima nos recuerdan la urgencia de actuar. No se trata sólo de mitigar los efectos, sino de adaptarnos a una nueva normalidad que, como vemos, puede ser muy volátil. La lucha contra el cambio climático es, en esencia, una lucha por la supervivencia.