¿Cómo actuar correctamente cuando la ira nos domina?
La transformación profunda comienza con la vida diaria como ejercicio espiritual. Manejar nuestra ira puede desencadenar cambios inesperados. ¿Imaginas cómo sería tu vida si pudiéramos controlar nuestro enojo?
Tl;dr
- Es tiempo de usar todas nuestras herramientas adquiridas.
- Usar nuestras capacidades para transformar el presente.
- Observar y manejar nuestras emociones, especialmente la ira.
- Aplicar enseñanzas para mejorar nosotros mismos y contribuir.
Aprovechar nuestras herramientas
Hemos adquirido una variedad de herramientas a lo largo de nuestras vidas, a través de experiencias, aprendizajes y herencias. “Es tiempo de poner todas nuestras herramientas a funcionar”, nos repetimos una y otra vez. Es hora de utilizar estas herramientas para transformar nuestro presente en algo mejor, paso a paso.
Gestionar nuestras emociones
La ira es una de las emociones más difíciles de manejar. Aprender a observar y manejar nuestras emociones nos protege de dolores innecesarios. Al modificar nuestros estados internos, nos abrimos a soluciones que antes no eran visibles, equilibramos nuestro entorno y redireccionamos conflictos.
El enojo como fuerza a favor
No está mal sentir enojo, pero es importante aprender a gestionarlo. El enojo puede provocar tres tipos de respuestas: físicas, cognitivas y conductuales. Recuerda que rumiar sobre lo que nos enoja solo nos suma tensión. Sin embargo, cuando aprendemos a gestionarlo, puede ayudarnos a resolver y actuar para lograr lo que sin su fuerza no podríamos.
Martin Reynoso, el principal referente del Mindfulness en Argentina, ofrece valiosas herramientas en su podcast “Siento, luego existo”. En un episodio titulado “Enojo, ira y fastidio ¿Podemos usarlos a nuestro favor? ¿Por qué necesitamos cuidar el enojo?” Reynoso profundiza sobre cómo manejar el enojo y usarlo a nuestro favor.
Opinión editorial
Estos son tiempos desafiantes que requieren de nuestra mejor versión. Si bien la ira es una emoción difícil de manejar, al aprender a controlarlo y usarlo de manera constructiva, nos convertimos en parte de la solución y no del problema. Al final del día, mejorar nosotros mismos es también hacer un aporte fundamental para el mundo.