China lidera emisiones globales y energías renovables en 2024
ADN
China, principal responsable de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se posiciona al mismo tiempo como líder mundial en el desarrollo y la capacidad instalada de energías renovables, marcando así una paradoja en el panorama energético internacional.
Tl;dr
China ante el reto climático: logros y dilemas
La posición de China en la lucha global contra el cambio climático resulta tan relevante como compleja. A medida que se acerca la COP30 en Belem, el debate internacional vuelve a centrarse en las contradicciones del gigante asiático: su innegable liderazgo en energías limpias contrasta con el peso persistente de un modelo energético basado principalmente en el carbón.
Líder mundial en emisiones… y también en renovables
Responsable de más del 30 % de las emisiones globales, según la ONU, China sigue siendo la mayor potencia contaminante del planeta: cada año libera a la atmósfera alrededor de 15,6 mil millones de toneladas equivalentes de CO₂. Sin embargo, su historial acumulado y su tasa per cápita continúan por debajo de los niveles estadounidenses. El país mantiene una fuerte dependencia del carbón —en torno al 60 % de su electricidad— pese al avance imparable de las energías renovables.
En este terreno, los datos resultan llamativos. Diversos informes confirman que las autoridades chinas quieren multiplicar por seis la capacidad instalada solar y eólica antes de 2035, para alcanzar unos ambiciosos 3.600 gigavatios. Un objetivo exigente pero que podría considerarse factible si se mantiene el actual ritmo anual: aproximadamente 200 GW añadidos cada ejercicio. Al margen del sector eléctrico, destaca igualmente el auge del vehículo eléctrico, con más del 40 % de los coches nuevos vendidos ya eléctricos o híbridos; una cifra que consolida a China como líder mundial indiscutible.
Compromisos climáticos bajo escrutinio internacional
No obstante, surge cierta incertidumbre sobre cómo se materializan esos compromisos. Pekín se ha propuesto reducir entre un 7 y un 10 % sus emisiones netas para 2035. Pero muchos expertos señalan que la falta de una referencia temporal clara complica valorar estos progresos. Paralelamente, permanece vigente el objetivo estratégico: alcanzar la neutralidad carbono en 2060.
Varios elementos explican esta hoja de ruta:
- Ampliación del sistema nacional de cuotas carbono a sectores industriales clave.
- Aumento sustancial en la cobertura forestal prevista (de 20 a más de 24 mil millones m³).
Pendiente aún la gran incógnita global
Aunque algunos consideran que estas metas pueden quedarse cortas frente al acuerdo climático global —el célebre Acuerdo de París— resulta evidente que el dinamismo chino podría superar las expectativas iniciales gracias al empuje tecnológico propio. Sin embargo, persiste una pregunta inquietante: ¿bastarán estos esfuerzos para contener el calentamiento por debajo del umbral crítico de +1,5 °C? La respuesta todavía está por ver.