Belek: El ‘vampiro’ asesino de Bajo Flores oculto en un cementerio, una historia escalofriante
Se decía en el vecindario que su mirada despreciaba a las personas. Era un húngaro que llegó a Argentina como parte de un circo ruso, y su leyenda persiste hasta el día de hoy. ¿Conoces su historia?
Tl;dr
- San Lorenzo jugó su último partido en el Viejo Gasómetro en 1979.
- El circo ruso “Los Zares” se instaló cerca del estadio, trayendo a Belek, un ser desagradable.
- Los animales del circo y del barrio fueron encontrados muertos con marcas de succión en sus cuellos.
- Belek, apodado el “vampiro”, fue capturado por los vecinos pero logró escapar.
El Circo Ruso y el Misterio de Belek
El 2 de diciembre de 1979 marca un hito en la historia del fútbol argentino: San Lorenzo jugó su último partido en el emblemático Viejo Gasómetro de avenida La Plata. Pocos meses después, un nuevo suceso marcó la historia del barrio de Boedo: la llegada de un circo ruso.
Una Extraña Presencia
El circo ruso “Los Zares” se instaló cerca del antiguo estadio. Entre sus artistas, destacaba una figura que generaba tanto curiosidad como repulsión: Belek, un ser de origen húngaro de aspecto inquietante, con ojos vidriados celestes y pelo rojo como la sangre.
A medida que los artistas del circo se iban integrando al barrio, una serie de acontecimientos extraños empezaron a suceder. Los animales del circo empezaron a aparecer muertos, con dos marcas circulares en el cuello, signo de una supuesta succión de sangre. El miedo se apoderó de los vecinos cuando los animales del barrio comenzaron a sufrir el mismo destino.
El “Vampiro” de Boedo
Belek, apodado el “vampiro”, fue señalado como el culpable. Los vecinos tomaron medidas extremas para protegerse, desde el uso de botas de cuero hasta colgar ristras de ajo en puertas y ventanas.
Un grupo de jóvenes logró capturar a Belek durante un partido de fútbol, pero el ser logró escapar, generando aún más miedo y desasosiego en el barrio. Desde ese momento, algunos aseguran que Belek desapareció del Bajo Flores, aunque otros juran haberlo visto merodeando por el cementerio de Flores.
Opinión editorial
La historia de Belek es un relato fascinante que refleja cómo la llegada de lo desconocido puede generar miedo y supersticiones. Esta anécdota, aunque aterradora, nos recuerda la importancia de la tolerancia y el respeto hacia lo diferente, y nos invita a reflexionar sobre cómo enfrentamos lo desconocido en nuestra sociedad actual.