Alberto Fernández se desliga de la derrota de Sergio Massa
El mandatario habló con un medio de comunicación colombiano tras su reunión con Javier Milei en la Quinta de Olivos, destacando que lo discutido con el libertario permanece en privado. ¿Qué temas crees que abordaron?
Tl;dr
- Fernández niega ser responsable de la derrota de Massa.
- Espera que Milei haga un buen trabajo como presidente.
- Revela planes futuros de viajar a España.
- Evita hablar de su relación con Cristina Kirchner.
Alberto Fernández y la derrota de Sergio Massa
El expresidente argentino, Alberto Fernández, ha roto el silencio sobre la victoria de Javier Milei en las últimas elecciones. En una entrevista concedida al medio colombiano NTN24, Fernández negó firmemente sentirse responsable de la derrota del candidato Sergio Massa. “No me siento responsable”, aseveró, agregando que “es evidente que no hemos podido sintonizar con mucha gente del pueblo”.
Expectativas sobre la gestión de Milei
A pesar de las diferencias ideológicas con el nuevo presidente, Fernández expresó su deseo de que Milei haga bien las cosas. “Si le va bien, le va bien a la Argentina”, dijo. Reiteró que no tiene intención de ser un obstáculo para la nueva administración.
Reunión cordial y planes futuros
En cuanto a la reunión de transición con Milei, Fernández la calificó de “cordial” y “amable”, y se prolongó por más de dos horas. Respecto a su futuro, el exmandatario reveló planes de viajar a España, donde tiene algunas ofertas de universidades.
Relación con Cristina Kirchner
Sobre su relación con la actual presidenta del Senado, Cristina Kirchner, Fernández prefirió no responder. “No estoy para dar consejos”, dijo sobre su encuentro con Milei en la Quinta de Olivos.
Opinión editorial
El silencio roto por Fernández ofrece una visión de sus pensamientos en un momento pivotal para el país. Aunque deja el cargo con una derrota, sus palabras sugieren un deseo de unidad y éxito para Argentina, independientemente de quién esté al mando. En tiempos de cambio, su actitud puede ser un ejemplo de madurez política.