Un año de gobierno de Dina Boluarte en Perú: apoyo limitado y 48 muertes en protestas
La Fiscalía General la ha imputado de homicidio. A pesar de que su mandato se extiende hasta julio de 2026, su popularidad ha caído estrepitosamente. ¿Podrá recuperarse de este golpe a su reputación?
Tl;dr
- Boluarte enfrenta fuertes protestas y críticas tras su asunción.
- Acusada de homicidio por la represión de las protestas.
- La popularidad de Boluarte está en su punto más bajo.
- Se sostiene gracias al apoyo empresarial y del Congreso.
El complicado mandato de Dina Boluarte
A un año de su inesperada asunción como presidenta del Perú, Dina Boluarte, la primera mujer en ocupar este cargo, sigue siendo objeto de fuertes críticas y protestas. Los ecos de las marchas antigubernamentales, que dejaron un rastro de caos y muerte, aún resuenan por todo el país.
Los primeros dos meses de su gobierno estuvieron marcados por enormes tensiones. El pueblo peruano, insatisfecho con su gestión, exigió su renuncia y la convocatoria de nuevas elecciones. Esta crisis política y social desembocó en la muerte de casi cincuenta personas en las calles y dejó al país al borde de un estallido.
Acusaciones graves
Las secuelas de esta violencia aún persisten. La Fiscal General, Patricia Benavides, ha acusado a Boluarte de homicidio por su responsabilidad en la represión de las protestas. Además, la popularidad de la presidenta está en su punto más bajo, con un 91% de los peruanos rechazando su gestión, según un sondeo de la empresa CPI.
Apoyo parlamentario y empresarial
A pesar de ello, Boluarte se mantiene en el poder gracias al “respaldo empresarial y del Congreso”, como señala la analista política Giovanna Peñaflor. Sin embargo, esta alianza es vista por muchos como una simple estrategia para mantenerse en el poder, en lugar de una auténtica alternativa de gobierno.
Opinión editorial
El Perú atraviesa un profundo abismo político y social que parece no tener fin. La gestión de Boluarte ha sido marcada por la violencia y la inestabilidad, dejando al país al borde de un precipicio. Sin embargo, es crucial recordar que el cambio duradero y significativo no se logra de la noche a la mañana. Es imperativo que los peruanos continúen luchando por sus derechos y exigiendo un gobierno que represente sus intereses. Solo a través de la participación activa y la insistencia en la rendición de cuentas, podremos trazar un camino hacia un futuro más prometedor.