18 meses de prisión para la diseñadora colombiana Nancy González por contrabando de pieles
Celebridades como Salma Hayek, Britney Spears y Victoria Beckham han lucido sus carteras. Sin embargo, admite que ha tomado decisiones equivocadas. ¿Qué lecciones ha aprendido de sus errores?
Tl;dr
- Nancy González, diseñadora colombiana, condenada a 18 meses de cárcel.
- Los bolsos ilegales se fabricaban con pieles de animales protegidos.
- Los productos se vendían en tiendas exclusivas a nivel internacional.
- González ya cumplió 14 meses de prisión por este caso.
Condena a Nancy González: un golpe a la moda de lujo
La reconocida diseñadora colombiana Nancy González ha sido condenada a 18 meses de prisión. El motivo: el contrabando ilegal de bolsos de diseño fabricados con pieles de animales protegidos. Este caso ha atraído la atención mundial y ha dejado una huella imborrable en la industria de la moda de lujo.
De las tiendas exclusivas a la cárcel
Los productos de González eran cortejados internacionalmente, adornando las estanterías de tiendas exclusivas en ciudades como Nueva York, Moscú o Milán. Sin embargo, su reputación comenzó a desmoronarse tras admitir, en noviembre, haber ingresado ilegalmente bolsos con piel de caimán y pitón entre 2016 y 2019.
Ambos animales están protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), a la cual tanto Estados Unidos como Colombia son signatarios.
El esquema de contrabando
González, de 71 años, recurrió a amigos, familiares y empleados para contrabandear sus productos a Estados Unidos. Los bolsos se entregaban o enviaban a las salas de exposición de su empresa, Gzuniga, en Nueva York. Allí, minoristas de alta gama podían adquirirlos para revenderlos en sus tiendas. El tráfico involucró cientos de carteras y bolsos, con precios medios de venta al público superiores a los 2.000 dólares.
El impacto de la condena
La defensa de González presentó a la diseñadora como una madre de dos hijos, divorciada, que logró la fama y luchó contra gigantes del lujo gracias a su trabajo, su talento y perseverancia. Sin embargo, la Fiscalía rechazó este argumento, asegurando que González sabía que estaba infringiendo la ley en beneficio de su empresa.
“Desde el fondo de mi corazón, pido disculpas a los Estados Unidos de América. Nunca fue mi intención ofender a un país al que debo una inmensa gratitud”, dijo González entre sollozos antes de la sentencia.
Opinión editorial
Este caso pone de manifiesto la necesidad de mayor transparencia y responsabilidad en la industria de la moda de lujo. La condena de González es un recordatorio de que el éxito no justifica la ignorancia de las leyes y la explotación de la fauna en peligro de extinción. En definitiva, las marcas deben de tomar conciencia de que es fundamental priorizar la ética antes que el beneficio económico.