Milei enfrenta una deuda adicional: juicios por más de US$23.000 millones en tribunales internacionales
Los acreedores exigen esa cantidad y es posible que surjan más reclamaciones en el próximo mandato presidencial. ¿Podrá el próximo presidente manejar estas demandas crecientes?
Tl;dr
- El nuevo gobierno enfrenta problemas económicos internos y externos.
- La jueza Preska exige un depósito de la petrolera YPF para evitar embargos.
- Los litigios pendientes suman US$23.062 millones.
- El analista sugiere que el gobierno debe negociar con los acreedores.
Desafíos económicos para el nuevo gobierno
El recién asumido Gobierno argentino se encuentra en una encrucijada financiera. Los problemas no solo residen en la economía interna, sino también en el frente externo. Entre los desafíos más prominentes se encuentra la renegociación con el FMI, los pagos a bonistas y, en particular, el frente judicial, donde Argentina todavía tiene muchos obstáculos por superar.
El caso YPF y los embargos
Esta semana, la jueza Loretta Preska decidió que Argentina tendrá que depositar acciones de la petrolera YPF y sus cuentas por cobrar del proyecto Yacyretá. Este paso es necesario para evitar futuros embargos. Además, el país recibió una sentencia adversa de US$16.100 millones en un juicio relacionado con la expropiación de YPF.
Los litigios pendientes
Según los cálculos de Sebastián Maril, de Latam Advisors, los litigios pendientes suman US$23.062 millones. Esto se suma a juicios ya pagados (a Repsol y los holdouts, entre otros) por US$16.692 millones. Como resultado, el riesgo legal argentino alcanza los US$39.754 millones.
- De estos, US$982 millones corresponden a cuatro reclamos que ya tienen sentencia firme y los acreedores ya pidieron avanzar con los embargos.
- Otros US$17.100 millones son fallos en contra de Argentina, pero que todavía pueden ser apelados.
- Un tercer grupo, que suma pagos por US$4980 millones, son los juicios que todavía no tienen sentencia.
Maril no descarta la posibilidad de que aparezcan más demandas en el corto plazo, especialmente relacionadas con el conflicto sobre el pago de los bonos que ajustaban por PBI.
La necesidad de negociar
Para Maril, es imperativo que el nuevo gobierno se siente a negociar con todos los acreedores, con el fin de empezar a cerrar el capítulo judicial. Algunos litigios se arrastran desde hace unos veinte años, como consecuencia del default de 2001. “Tanto el gobierno como los acreedores tienen que cambiar de actitud”, concluyó.
Opinión editorial
Es evidente que el nuevo gobierno tiene una tarea ardua por delante. Los desafíos económicos y legales son considerables. Sin embargo, con una actitud proactiva y negociadora, es posible encontrar un camino hacia la estabilidad. El futuro de Argentina depende en gran medida de las decisiones que se tomen en este momento crucial.